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EL FIN DEL PENAL DEL PRIVILEGIO: BORIC DECRETA QUE PUNTA PEUCO PASA A LA HISTORIA COMO CÁRCEL COMÚN

Por fin, tras décadas de polémica, el eco de los cerrojos de Punta Peuco sonó distinto este lunes. Ya no como símbolo de excepción ni de trato preferente. A las 11:25 de la mañana, en el Palacio de La Moneda, el Presidente Gabriel Boric hizo un anuncio que remece la historia reciente del país:

“Punta Peuco deja de ser un penal especial. Desde hoy, es una cárcel común, como cualquier otra en Chile.”

Con esas palabras, el mandatario selló un capítulo que se arrastraba desde los años más oscuros de la dictadura. La Contraloría General de la República tomó razón del decreto que transforma el polémico recinto —donde por años estuvieron recluidos los condenados por violaciones a los Derechos Humanos— en el Centro de Cumplimiento Penitenciario de Til Til.

Un golpe simbólico y político

El anuncio, respaldado por los ministros del Interior, de Justicia y la vocera de Gobierno, no fue solo administrativo. Fue un gesto político cargado de memoria y justicia. “En Chile no existen presos de primera y segunda categoría”, remarcó Boric con tono firme. “Este es un acto de optimización de recursos, sí, pero también un acto de justicia”.

Durante su discurso, el Presidente recordó que mantener un penal especial “no tenía justificación alguna”, sobre todo cuando las cárceles del país enfrentan hacinamiento y sobrepoblación. “Hace años que conocemos esa realidad. Por eso, cada metro que se recupera en infraestructura carcelaria es una victoria para la seguridad y la equidad”, enfatizó.

Un nuevo destino para el penal más polémico del país

En el interior del recinto —emplazado en la comuna de Til Til, Región Metropolitana— ya comenzaron los trabajos para su transformación. Donde antes hubo canchas y sectores exclusivos para reclusos de alto perfil, se construirán ahora nuevos módulos de reclusión, oficinas técnicas, áreas de visitas y sistemas de tecnovigilancia.

Las obras se extenderán hasta 2026, cuando el recinto esté completamente habilitado para recibir internos de distintos puntos del país. “Estamos preparando un penal funcional, no simbólico”, detalló el ministro de Justicia, Jaime Gajardo, quien precisó que el lugar pasará a ser administrado “como cualquiera de los más de 80 establecimientos penitenciarios de Chile”.

Un cierre que resuena en la memoria nacional

Punta Peuco nació en los años 90 como una cárcel “especial”, pensada para recibir a exmilitares y agentes condenados por delitos de lesa humanidad. Su existencia fue, desde el inicio, una herida abierta en la conciencia democrática: un penal de privilegio en un país que buscaba justicia.

Hoy, el cierre de ese capítulo no solo marca un cambio logístico, sino también una señal de reparación histórica. “Así como en su momento el Presidente Piñera puso fin al penal Cordillera, hoy nosotros damos un paso más en la dirección correcta”, subrayó Boric, aludiendo a la igualdad ante la ley que tantas veces fue reclamada por víctimas y familiares.

El fin de una era

La noticia recorrió rápidamente los pasillos políticos y las redes sociales. Para unos, un gesto de justicia largamente esperado. Para otros, un cierre simbólico que reabre viejas tensiones. Pero lo cierto es que, desde este lunes, Punta Peuco deja de ser un nombre asociado al privilegio y la impunidad, para convertirse —literal y metafóricamente— en un espacio común.

“Chile avanza hacia un país más justo, sin cárceles de elite, sin excepciones para nadie. El mismo muro que alguna vez separó la justicia de la igualdad, hoy empieza a caer”, concluyó el mandatario.

Belén Pavez G., Periodista y Locutora. Licenciada en Comunicación Social. Productora general y Directora de prensa en Vilas Radio. Música y Cat lover.

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