LocalNoticias

EL DÍA EN QUE LA INFANCIA FUE APUÑALADA: DOS CONDENADOS POR ATAQUE A NIÑO QUE SOLO PASEABA A SU PERRO

Dos agresores fueron condenados a 7 y 6 años de cárcel por apuñalar a un niño de 13 años durante un intento de robo en el sector sur de Iquique. La investigación de la PDI, sostenida en cámaras, testigos y el testimonio del menor, permitió esclarecer el ataque ocurrido en octubre pasado y llevar a ambos delincuentes a juicio, donde se acreditó la brutalidad del ataque y su fallido objetivo.

A veces, en Iquique, la violencia irrumpe sin permiso, a plena luz del día, en calles donde uno esperaría escuchar únicamente el ruido de los autos y las conversaciones del barrio. Pero el 5 de octubre del año pasado, a las 13:15 en punto, la normalidad se quebró en la esquina de Francisco Vergara con Playa El Águila.

Ahí, un niño de 13 años —mochila liviana, mascota en la correa y un teléfono que vibró con un mensaje cualquiera— se convirtió en el blanco de un ataque tan absurdo como despiadado.

A esa hora, bajo el sol implacable del sector sur, dos adultos ya habían tomado una decisión que cambiaría su destino: robarle el celular a un menor, sin importar las consecuencias, sin medir la brutalidad.

Freddy Añez Rojas, boliviano, con antecedentes previos; y Alan Maldonado Maldonado, chileno, al volante del auto que usaron como herramienta y escape.

El plan fue torpe pero violento: Maldonado estacionó, Añez bajó sin decir mucho, caminó directo hacia el niño y lo sujetó por la espalda, apretándole el pecho, exigiendo el teléfono. Un forcejeo breve, desesperado, un niño que se negó a entregar lo poco que tenía. Y entonces, lo impensado: las puñaladas.

No una. Varias.
Estocadas rápidas, cobardes, dirigidas a la espalda de un menor que solo intentaba proteger su teléfono. La mascota ladrando, el grito sofocado, la rabia de un adulto descargada contra alguien que ni siquiera alcanzaba a entender qué estaba ocurriendo.

El ataque no prosperó.
El niño resistió, Maldonado se desesperó y ordenó la retirada. Volvieron al vehículo y huyeron sin lograr su objetivo. Pero el daño ya estaba hecho: heridas cortantes y penetrantes, superficiales según la ficha médica, pero profundas en el miedo, el shock y la memoria de un menor que solo caminaba a su casa.

LA INVESTIGACIÓN QUE NO DEJÓ ESCAPES

El caso no quedó en la penumbra de una esquina.
La denuncia del padre, el testimonio del propio niño y la presencia clave de un testigo permitieron reconstruir lo ocurrido. La Brigada de Robos de la PDI revisó cámaras, siguió trayectorias, identificó al auto y luego a los atacantes.
Era cuestión de tiempo antes de que la justicia les cerrara la puerta.

En juicio oral, dirigido por el fiscal Guillermo Arriaza, se expuso la violencia, el intento de robo, las heridas, el miedo y la evidencia. Añez Rojas no pudo borrar sus antecedentes previos; Maldonado no pudo negar su rol como conductor y facilitador. El tribunal ya tenía suficiente.

LAS PENAS QUE SELLAN UNA HISTORIA QUE NO DEBIÓ EXISTIR

El veredicto fue claro, firme y sin concesiones:

  • Freddy Añez Rojas: 7 años de presidio efectivo.
  • Alan Maldonado Maldonado: 6 años de presidio efectivo.

Sin beneficios, sin rebajas, sin alternativas.
Presidio real.
Cárcel verdadera.
Porque apuñalar a un niño por un teléfono —aunque jamás lograron robarlo— no puede tener otro destino.


Hoy, mientras el menor intenta dejar atrás el trauma, mientras su familia respira un poco más tranquila y mientras el barrio vuelve a su rutina habitual, la justicia deja un mensaje claro:
la violencia contra un niño no queda impune.

Y aunque nada borra el miedo que vivió ese adolescente ni el absurdo de una agresión marcada por la cobardía, al menos esta historia —esta vez— termina con un tribunal diciendo lo que tenía que decir: culpables.

Belén Pavez G., Periodista y Locutora. Licenciada en Comunicación Social. Productora general y Directora de prensa en Vilas Radio. Música y Cat lover.

Artículos relacionados

Botón volver arriba