La reforma a la Ley de Migraciones, aprobada por unanimidad en la Cámara de Diputadas y Diputados el pasado 26 de noviembre, abre el debate sobre educación y derechos de niños extranjeros en Chile. El director del Servicio Nacional de Migraciones, Luis Thayer, expresó preocupación ante la posibilidad de que menores de edad queden excluidos del sistema educativo por su nacionalidad. “Excluir a niños extranjeros significaría que el Estado renuncia a su obligación constitucional de entregar educación para todos”, advirtió.
Esta reforma, que ahora se encuentra en segundo trámite constitucional en el Senado, introduce causales de expulsión y endurece requisitos de permanencia, como extender de cinco a diez años el periodo para optar a la nacionalización. Respecto a la educación, mantiene el acceso igualitario para menores extranjeros en enseñanza preescolar, básica y media, pero elimina la disposición que les permitía ingresar a la educación superior y acceder a beneficios como la gratuidad universitaria.
En entrevista con Radio Pauta, Thayer destacó la importancia de no discriminar por nacionalidad en el acceso a derechos fundamentales. “El derecho a la educación debe ser parejo para todos. La vulnerabilidad tiene que centrarse en la dimensión socioeconómica, no en la nacionalidad”, afirmó.
La autoridad también enfatizó los riesgos sociales que podría generar esta exclusión. “Esto abriría la puerta a que haya niños no escolarizados y terminen en la calle”, señaló, subrayando la necesidad de evitar que el criterio migratorio afecte las oportunidades educativas de los menores.
La reforma, que busca equilibrar mayores controles migratorios con derechos sociales, continúa generando debate. Mientras algunos sectores valoran las modificaciones, persisten las preocupaciones sobre cómo se implementarán estos cambios sin afectar la inclusión y la igualdad en el acceso a la educación.