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EL ALTO PRECIO DE CRIAR EN CHILE: CASI $600 MIL MENSUALES POR CADA HIJO, SEGÚN UNICEF

En Chile, traer un hijo al mundo no solo significa desvelos y pañales. También implica enfrentar un costo que roza lo impensado para muchas familias: $595 mil pesos al mes por cada niño o niña, según un estudio elaborado por Unicef a petición del Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género.

La cifra —precisa y demoledora— abre una ventana a una discusión mayor: ¿cuánto vale realmente la infancia en un país donde la fecundidad se desploma y los hogares sienten que cada decisión de crianza se convierte en un lujo?

El precio de una infancia

La llamada “Canasta de Crianza” calculó por primera vez cuánto cuesta criar a un hijo en Chile, considerando no solo los bienes y servicios que se compran en el mercado, sino también el tiempo de cuidado no remunerado que absorbe silenciosamente el día a día de las familias.

El desglose es claro: $383.267 corresponden a alimentación, transporte, educación, vestuario, salud y recreación, mientras que $211.616 equivalen al trabajo doméstico y de cuidado que, en la mayoría de los casos, recae en las mujeres.

“Este estudio no solo entrega un número: visibiliza que criar también significa tiempo, un recurso que rara vez se reconoce y casi nunca se paga”, señala Amanda Telias, oficial de Políticas Sociales de Unicef Chile.

La cuenta que nunca termina

El informe muestra que el costo de la crianza aumenta entre un 27% y 31% el presupuesto de un hogar. Y aunque el primer hijo concentra la mayor inversión, los siguientes no duplican los gastos: compartir ropa, juguetes y cuidados alivia la carga, pero no borra la línea roja que tensiona los bolsillos.

En la práctica, criar no es lineal:

  • En la primera infancia, más de la mitad del gasto corresponde al tiempo de cuidado.
  • En edad escolar, los costos en bienes y servicios duplican al valor del tiempo.
  • En la adolescencia, los gastos en transporte, alimentación y educación absorben casi todo, mientras el tiempo de cuidado apenas representa un 14%.

“Lo que revela el estudio es brutal: a medida que crecen, los hijos cuestan más en dinero, aunque exigen menos tiempo. Y esa ecuación golpea especialmente a las familias vulnerables”, explica Bárbara Gutiérrez, académica de la UDP.

Un país que posterga la maternidad

El informe llega en un contexto inquietante: la tasa global de fecundidad en Chile cayó a 1,16 hijos por mujer, una de las más bajas del mundo y muy por debajo del nivel de reemplazo generacional.

Expertos coinciden en que el alto costo de la crianza es uno de los factores que explica la caída: las familias, sencillamente, no se sienten capaces de sostener el gasto de un hijo en medio del aumento del costo de vida.

“Es un dato que debe interpelar al Estado. Con esta evidencia podemos diseñar políticas públicas que alivien esa carga, que reconozcan el valor del cuidado y que permitan que decidir tener un hijo no sea un salto al vacío económico”, sostuvo la ministra de la Mujer, Antonia Orellana.

La otra cifra: el tiempo invisible

Si algo revela este estudio es que la crianza no se mide solo en pesos. También se mide en horas. En rutinas que nunca aparecen en la economía formal: preparar colaciones, acompañar tareas, atender enfermedades, estar presentes.

“En Chile, ese tiempo sigue recayendo principalmente en las mujeres. Y eso no solo implica desigualdad, sino también invisibilidad. Reconocer el valor económico del cuidado es clave para avanzar en corresponsabilidad parental”, subraya Gutiérrez.

Una infancia como inversión

La Canasta de Crianza se convierte, así, en una herramienta política y social. No solo entrega cifras: obliga a repensar qué significa ser padre o madre en un país donde la infancia es cara, pero al mismo tiempo decisiva.

Como señala Telias: “Criar a un niño no debería ser visto solo como gasto, sino como inversión. Porque lo que está en juego no son cuentas familiares, sino el futuro de un país entero”.


📌 En Chile, casi $600 mil al mes es el precio de la infancia. Un número que no cabe en los balances emocionales de las familias, pero que desnuda una verdad incómoda: la crianza es un lujo que muchos sienten cada vez más lejano.

Belén Pavez G., Periodista y Locutora. Licenciada en Comunicación Social. Productora general y Directora de prensa en Vilas Radio. Música y Cat lover.

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