
La 2ª Brigada Acorazada “Cazadores”, en Pozo Almonte, volvió a quedar en el centro de la polémica tras confirmarse que dos conscriptos fueron sorprendidos consumiendo drogas al interior del regimiento.
Según informó el Ejército, ambos confesaron el consumo, fueron desvinculados del servicio militar y sus antecedentes fueron remitidos a la Fiscalía Militar, que deberá determinar eventuales sanciones penales.
Este hecho se suma a otros episodios relacionados con drogas en la misma unidad. De hecho, se trata del cuarto caso en la brigada vinculado al consumo o tráfico de sustancias ilícitas, lo que revive el recuerdo de la investigación conocida como “narcomilitares”, en la que seis suboficiales fueron detenidos por participar en una banda dedicada a ingresar droga al país para transportarla hasta la Región Metropolitana.
En ese procedimiento se incautaron 192 kilos de cocaína y pasta base, avaluados en $3 mil millones, y los involucrados permanecen en prisión preventiva.
El ministro del Interior, Álvaro Elizalde, abordó el tema señalando que “lo relevante es que estos hechos no queden impunes” y destacó que, más allá de la investigación penal, las instituciones deben aplicar sanciones administrativas a los involucrados.
Además, subrayó la necesidad de distinguir los casos de consumo de los de tráfico de drogas, calificando estos últimos como los más graves y comprometiéndose a impulsar una actualización del marco normativo para reforzar los mecanismos de prevención.
La situación ha generado preocupación, ya que pone nuevamente en la agenda pública el problema de las conductas ilícitas en recintos militares y la necesidad de reforzar los protocolos de control y prevención del consumo de drogas en el personal que cumple servicio militar o funciones permanentes.