NacionalNoticias

CORTE SUPREMA EN LA ENCRUCIJADA: UNA ELECCIÓN QUE PODRÍA REESCRIBIR LA HISTORIA DEL PODER JUDICIAL CHILENO

La Corte Suprema vive una jornada clave al elegir a su nuevo presidente o presidenta en medio de un clima de cuestionamientos públicos y tensiones internas. La ministra Gloria Ana Chevesich aparece como favorita por su antigüedad y respaldo gremial, mientras que María Angélica Repetto surge como alternativa que impulsa un cambio en el liderazgo del máximo tribunal.

En los pasillos del Palacio de Tribunales, donde el eco de pasos amplifica la gravedad de cada decisión y las vidrieras filtradas por la luz del mediodía parecen pesar con siglos de historia, se vive hoy una jornada sin precedentes. La Corte Suprema de Chile se dispone a elegir a su próxima o próximo presidente, una votación cargada de simbolismos, tensiones y expectativas que difícilmente será olvidada.

Si los astros judiciales se alienan o si el viejo orden cede ante la fuerza de la renovación, por primera vez en la historia institucional del país, una mujer podría tomar el timón del máximo tribunal del país.

Dos Visiones, Una Balanza

La escena se ha convertido en un epicentro de miradas encontradas y apuestas intensas. Por un lado, está la ministra Gloria Ana Chevesich, jurista de dilatada trayectoria, conocida por su rigurosidad, apego a la tradición e incluso por su defensa explícita del rol institucional frente a las crisis internas que han sacudido a la judicatura chilena. Su nombre resuena con fuerza porque representa la norma no escrita que ha guiado durante décadas la elección del presidente de la Suprema: el criterio de antigüedad.

Frente a ella, con un perfil que algunos describen como más dialogante y estratégico en momentos de polarización interna, emerge la ministra María Angélica Repetto, puesta sobre la mesa como alternativa por sectores que buscan una conducción distinta, acorde a los desafíos de un tribunal tensionado y cuestionado por la opinión pública.

En Medio de la Tormenta

Lo que se vota hoy no es una simple rotación de cargos, sino una especie de refrendo o reclamo silencioso sobre el rumbo del Poder Judicial. El tribunal enfrenta un clima de fragilidad institucional, afectado por escándalos, investigaciones internas y cuestionamientos públicos que han erosionado la confianza ciudadana.

En este ambiente se inscribe la tradición de elegir al presidente por antigüedad, respaldada abiertamente por la Asociación Nacional de Profesionales del Poder Judicial (Aprajud). Su presidente recordó que mantener ese criterio histórico —que favorece a Chevesich— “es clave para la estabilidad, transparencia e imparcialidad” del sistema, justo cuando más se necesitan señales que refuercen la credibilidad judicial.

“Es un orden que demuestra continuidad y respeto por la carrera funcionaria en el Poder Judicial, en un momento donde se requieren señales inequívocas de integridad y altos estándares de probidad”, afirmó un comunicado de la organización gremial.

Ecos de Crisis y Susurros en los Pasillos

Y sin embargo, esta votación no solo trae a la luz la pugna por la presidencia. También revive ecos de los recientes episodios que han sacudido al Poder Judicial. En medio de las tensiones derivadas de casos polémicos —entre ellos investigaciones sobre intercambios telefónicos que habrían comentado damnificados y favorecidos por influencias internas—, la elección adquiere un matiz político formidable.

Según fuentes cercanas al tribunal, esas fracturas internas, combinadas con la presión pública por una Corte más legítima y transparente, podrían ser un factor determinante en lo que se anticipa como una votación estrecha, simbólica y de enorme significado institucional.

Más Allá de Chevesich o Repetto

Consultado en el Congreso amid la reciente acusación constitucional contra otro ministro, el jurista Mario Carroza subrayó que “más allá de los nombres, lo que este tribunal necesita es unidad y liderazgo”, añadiendo con determinación que “la presidencia indudablemente recaerá en una mujer”, gesto que marca la importancia que tiene este proceso en el imaginario colectivo nacional.

Y es que esta elección de hoy traspasa lo gremial o institucional. Para muchos, es una oportunidad para que el máximo tribunal del país —envoltorio de la justicia más alta y definitiva— muestre a la ciudadanía que puede levantarse de sus cuestionamientos, que puede responder con fortaleza ética a los desafíos de transparencia, y que está dispuesto a redefinir su relación con el escrutinio público sin renunciar a su independencia.

Un Giro en la Historia de la Judicatura

Si Chevesich triunfa, se afianzará la tradición que ha sido piedra angular del nombramiento de presidentes de la Suprema. Si Repetto prevalece, se sellará un momento de quiebre: será la primera vez en la historia en que se elige a la cabeza del tribunal sin seguir el criterio de antigüedad que, desde hace décadas, ha sido el método de consenso.

Hoy, cuando las puertas del pleno se cierren y los votos se cuenten uno por uno, Chile no solo sabrá quién liderará su Corte Suprema: sabrá también si ese liderazgo ha sido forjado por la continuidad o por la búsqueda de una nueva narrativa judicial en plena luz del siglo XXI.

Belén Pavez G., Periodista y Locutora. Licenciada en Comunicación Social. Productora general y Directora de prensa en Vilas Radio. Música y Cat lover.

Artículos relacionados

Botón volver arriba
🔴 En vivo