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“COMETÍ UN ERROR, PERO NO UN DELITO”: MONSALVE ROMPE EL SILENCIO TRAS 11 MESES DE ESCÁNDALO Y CÁRCEL

Han pasado once meses desde que un terremoto político sacudió a La Moneda. El 17 de octubre de 2024, la figura de Manuel Monsalve, entonces subsecretario del Interior y uno de los hombres de mayor confianza del Presidente Gabriel Boric, se desplomó en cuestión de horas. Primero, con la revelación de La Segunda que indicaba que la Fiscalía Metropolitana Centro Norte había recibido una denuncia por abuso sexual en su contra. Minutos más tarde, La Tercera aportaba un dato aún más demoledor: la querella presentada por una funcionaria de su repartición incluía la imputación por el delito de violación.

Desde ese día, nada volvió a ser igual. Monsalve perdió el cargo, fue formalizado por dos delitos sexuales, pasó meses en prisión preventiva en Rancagua y en Capitán Yáber, y recién en julio obtuvo arresto domiciliario total en Viña del Mar. Hoy, con el plazo de investigación a punto de concluir, el ex PS rompe el silencio en una extensa conversación con La Tercera, en la que admite errores, cuestiona la reacción del gobierno y asegura que demostrará su inocencia.

El derrumbe del “hombre fuerte” de Interior

Hasta antes de la denuncia, Monsalve era considerado un eventual sucesor en el recién creado Ministerio de Seguridad. Con fama de operador duro, pragmático y respetado transversalmente, su carrera política parecía encaminada a un nuevo salto. Todo eso se vino abajo tras una relación impropia con una subalterna, que terminó en una acusación que hoy lo tiene enfrentando a la justicia.

“Cometí un error al salir con una persona que trabajaba conmigo. Eso generó una sospecha natural, un riesgo que no debía asumir”, reconoce. Pero insiste: “Nunca hubo coacción, nunca usé mi cargo para presionar. No cometí un delito”.

El relato de aquella noche

El ex subsecretario detalla que los encuentros con la denunciante comenzaron con un almuerzo en el Costanera Center. Según él, se trató de una cita “social, voluntaria y mutua”, que terminó en un beso que —dice— fue consentido. Semanas después, ambos compartieron una cena en el restaurante Ají Seco Místico en el centro de Santiago. Allí, asegura, tras varias horas de conversación y consumo de alcohol, ambos perdieron la memoria.

“Despertamos en un hotel sin recordar cómo llegamos. Eso me hace sospechar de que pude haber sido drogado o de la intervención de terceros. Le pedí a la PDI investigar”, afirma. Esa sospecha, sin embargo, no ha sido acreditada en el proceso judicial.

El quiebre con La Moneda

Cuando la denuncia se hizo pública, Monsalve aún ejercía como subsecretario. Boric mismo lo citó a La Moneda. “Me enteré por el Presidente. Me dijo ‘hay una denuncia contra ti’. Yo estaba asombrado”, recuerda. La tensión en el gobierno fue inmediata: la denuncia golpeaba de lleno el discurso feminista de la administración y generaba un flanco de credibilidad imposible de sostener.

Horas más tarde, Monsalve presentaba su renuncia. “Era insostenible”, admite. Aun así, lamenta la forma en que —a su juicio— se manejó la crisis. “Me hubiese gustado una reacción más equilibrada, tanto del gobierno como de mi partido. El respeto a la denuncia es fundamental, pero también el derecho a defensa”.

El paso por la cárcel

El ex subsecretario asegura que la prisión preventiva fue un golpe devastador. Relata que en Capitán Yáber encontró un inesperado trato solidario de otros internos, entre ellos figuras conocidas del mundo político y judicial. “Me recibieron con humanidad. Construí una relación de afecto que me ayudó a sobrellevar la experiencia”, cuenta.

Rechazó apoyo psicológico y fármacos, pero aceptó conversar con pastores evangélicos que visitaban el penal. Un episodio lo marcó: “En Rancagua, una interna me gritó que me iban a ‘echar la mano’ por lo que supuestamente hice. Esa amenaza fue la que determinó mi traslado a Yáber”.

La batalla por la credibilidad

El caso judicial gira en torno a dos relatos opuestos: el de Monsalve, que insiste en el consentimiento, y el de su exsubalterna, que sostiene que fue víctima de abuso y violación. “En un proceso donde todo radica en la palabra de las personas, la credibilidad está en cuestión”, señala el ex subsecretario, aunque asegura no querer “victimizarse ni atacar a nadie”.

Incluso defiende a su abogado, Víctor Providel, pese a que enfrenta un sumario por contactos con personas que ofrecieron a medios grabaciones de la denunciante. “Esa acusación buscó apartarlo de mi defensa. Sigo confiando en él”.

Un futuro incierto

Monsalve reconoce que su carrera política quedó en ruinas. “Mi futuro es incierto. Lo más relevante ahora es demostrar mi inocencia”, afirma. Y aunque admite que en algún momento fue “altamente probable” que llegara a ser ministro de Seguridad, hoy apenas piensa en cómo recomponer su vida personal y familiar.

El juicio oral aún no tiene fecha, pero el ex subsecretario se prepara para enfrentar el proceso que definirá su destino. “Ya estuve en la cárcel, sé lo que significa. Pero tengo plena confianza en que mientras más se conozca la verdad, más posibilidades tendré de defenderme”.

En medio de la mayor crisis política que ha enfrentado el gobierno de Boric, Manuel Monsalve insiste en una frase que resume su defensa: “Cometí un error que me puso en una situación en la que nunca pensé estar, pero no cometí un delito”.

Belén Pavez

Belén Pavez G., Periodista y Locutora. Licenciada en Comunicación Social. Productora general y Directora de prensa en Vilas Radio. Música y Cat lover.

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