El reciente aumento de hasta un 25% en las tarifas eléctricas, vigente desde julio, ha generado preocupación en empresas de diversos sectores que dependen de la energía para sus operaciones. Ante este escenario, es crucial que las organizaciones implementen estrategias que les permitan mitigar el impacto de estos nuevos costos. Gonzalo Ureta, Gerente General de COVISA, entrega algunas claves para las empresas.
Una de las principales medidas sugeridas para enfrentar este desafío es la instalación de sistemas de generación propia de energía, como plantas fotovoltaicas. Esta alternativa permite a las empresas producir una parte significativa de la energía que consumen, lo que les ayuda a reducir su dependencia de las fuentes convencionales y disminuir los costos a largo plazo.
Otra recomendación clave es el cambio a cliente libre, una opción que permite a las empresas con un consumo elevado (superior a 500 kW) negociar directamente el precio de la energía con los generadores. Aunque esta modalidad aún enfrenta el alza de los costos regulados de distribución y transmisión, ofrece una mayor flexibilidad para negociar precios más competitivos, especialmente si se opta por fuentes renovables.
Además, para reducir el consumo, se sugiere revisar el factor de potencia. “En Chile, un factor de potencia bajo 0,93 ya implica empezar a pagar multa. Si el factor de potencia es muy bajo, probablemente habrá que invertir en bancos de condensadores o cambiar equipos que consumen mucha energía reactiva”, se señala como una de las medidas más efectivas.
Otra acción importante es ajustar los horarios de operación de los equipos más demandantes de energía para evitar los costos asociados a las horas punta (entre abril y septiembre, de 18:00 a 22:00). Esto permite a las empresas evitar los cargos adicionales que se aplican durante esos periodos. Ajustar los procesos productivos para que las máquinas de mayor consumo operen fuera de esos bloques puede generar un ahorro considerable.
La eficiencia energética también juega un rol crucial. Revisar los consumos de cada equipo conectado y optar por alternativas más eficientes, como motores de bajo consumo o sistemas de iluminación LED, son cambios que pueden hacer una diferencia significativa en los costos operativos. Existen sistemas de monitoreo que permiten detectar picos de consumo en tiempo real, lo que ayuda a las empresas a gestionar mejor sus recursos.
Finalmente, se recomienda evaluar la posibilidad de pasar de una tarifa regulada a una tarifa libre. Este cambio, aunque requiere planificación y análisis del mercado eléctrico, puede resultar beneficioso para empresas con altos consumos, siempre que cuenten con el asesoramiento adecuado y liciten su consumo con anticipación.
