BRAYAN PEDRAZA, FABRICANTE DE VOLANTINES LOCAL: “HAY QUE INCENTIVAR ESTA TRADICIÓN PARA QUE NO SE MUERA”
Las Fiestas Patrias no sólo son sinónimo de asado y cueca, también puede servir para volver a nuestras raíces y a nuestra infancia con los juegos tradicionales de nuestro país. El Trompo, la Rayuela, el Emboque y el Luche, entre otros, son juegos clásicos o populares, que se realizan sin ayuda de tecnologías complejas, sino con el propio cuerpo o con recursos fácilmente disponibles en la naturaleza.
El Volantín se alza como una de las prácticas más tradicionales y antiguas de nuestra cultura nacional, donde en Chile tiene su primer registro a mediados del siglo XVII. Así, Vilas Radio 100.1 FM fue en búsqueda de un legendario fabricante de volantines local, para recoger sus impresiones y rescatar la importancia de un oficio que ha perdurado por varias generaciones, a pesar de la pandemia, y que hoy se ve como una práctica cada vez más escasa, pero sumamente significativa para las costumbres de Fiestas Patrias.
Brayan Pedraza (27), fabricante de volantines proveniente de Santiago, se instaló en Iquique hace cinco años y trajo consigo el oficio que fue traspasado por su padre. “Para mí más que una tradición, se trata de un estilo de vida. Desde mis tres o cuatro años que recuerdo que adquirí el cariño por los volantines, ya que es un oficio que ha traspasado generaciones en mi familia, partiendo por mi abuelo, siguiendo con mi padre, luego conmigo y actualmente pretendo traspasar mi labor a mi hija más pequeña, que desde ya se ve interesada en mantener la tradición familiar”, señaló Brayan.
Esta costumbre poco a poco ha sumado adeptos y al mismo tiempo, detractores. Esto, debido a los daños que, en tiempos de antaño, los cometas, producían en los tejados coloniales. A pesar de ello, el encumbrar volantines, se logró establecer como un juego típico chileno, que con los años evolucionó a las ya conocidas competencias. Asimismo, la tradición del oficio del volantinero y la valoración de su creación, se plasman como una expresión cultural y como un elemento indiscutible del patrimonio nacional.
“Los volantines los fabrico yo mismo. Los insumos los mando a buscar de Santiago para asegurar su calidad y mantener los materiales propios para su confección. En estos momentos ofrezco cuatro variedades de diferentes tamaños y diseños, los que se agrupan en calados, estampados, liso, tradicional chilenito y cometas. Los valores son entre los $400 y $2.000 pesos”, relató el volantinero.
En septiembre, sin duda, se reúnen las condiciones climáticas del viento y además las celebraciones del dieciocho, por lo que la demanda de su producto aumenta y en tiempos de pandemia, ha podido preparase para contar con stock necesario para cumplir con las necesidades lógicas de la fecha. “A fines de agosto ya empezamos a prepararnos para la temporada alta, donde la fabricación es todos los días. El papel de volantín nacional y el palillo de Alerce o de Bambú son las materias primas principales y el tiempo que se invierte en su fabricación, en lo personal, me toma de uno a tres minutos el más sencillo”, detalla Pedraza.
Debido a la pandemia, la práctica de elevar volantines se vio anulada casi por completo el año pasado. Pero este año, en tiempos de desconfinamiento, el panorama es más positivo y se aprecia una reactivación de esta tradicional práctica. “Lamentablemente a causa de la tecnología y el confinamiento se ha ido perdiendo esta tradición. Sin embargo, en Iquique, hemos formado un grupo de seis volantineros amigos, que nos juntamos cada cierto tiempo a jugar y compartir con la familia”, indicó.
Además de las cometas, Pedraza ofrece dentro de su stock carretes de volantín profesionales, los cuales permiten tener mayor alcance de hilo para disfrutar de las elevaciones. “Desde principio de año que me estoy preparando para esta fecha. Los carretes ya se me han ido agotando, por lo que desde ya hice un nuevo pedido”, indicó.
Incluso, Brayan comenta que, “este año, desde mediados de julio ya se empezó a notar el interés de las personas por los volantines. Me he preparado con stock y actualmente tengo pedidos importantes. En mi caso, vendo las unidades por docena o individualmente, siendo el de 40 x 40 cm. el más requerido. Los diseños van desde la bandera nacional, superhéroes, hasta con logos de equipos de fútbol. Se trata solamente de tener motivación, ya que es muy fácil manejarlos, ya sea de papel o de plástico”, explicó.
“Más allá de motivar a las personas a que compren un volantín, la idea es lograr que estas tradiciones no se pierdan en el tiempo. Sabemos que las nuevas generaciones no se interesan por estos temas, pero la gracia de la elevación de volantines va de la mano con una interacción familiar, que permite compartir con tus seres queridos alrededor de esta tradicional práctica para que no se muera”, finalizó el volantinero.
La forma de contactar a este emprendedor es a través de celular o WhatsApp, y su número de contacto es +56 9 8404 3686. Asimismo, hizo un llamado a la comunidad para realizar la elevación de manera responsable, en lugares abiertos, no usar hilo “curado” y aprovechar los espacios naturales de Iquique, como son la playa y el desierto.