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BOLIVIA Y CHILE ENSAYAN UN GIRO HISTÓRICO: DEL DISTANCIAMIENTO A UNA AGENDA PARA LA INTEGRACIÓN TOTAL

La reunión bilateral realizada en Arica entre delegaciones de Bolivia y Chile marcó el reinicio de una agenda diplomática que busca mejorar el comercio exterior boliviano mediante mayor eficiencia en el puerto de Arica, avanzar en acuerdos comerciales, fortalecer la conectividad aérea y desarrollar el proyecto de reversa del Oleoducto Sica Sica, en el marco de la nueva política exterior del presidente Rodrigo Paz Pereira, centrada en la integración regional y el beneficio directo para las comunidades fronterizas.

En la frontera norte de Chile, donde Arica respira salitre y memoria, ayer ocurrió algo que pocos habrían imaginado hace solo un par de años: Bolivia y Chile volvieron a sentarse frente a frente, esta vez no para medir diferencias, sino para intentar construir puentes. El gobierno boliviano —encabezado por el presidente Rodrigo Paz Pereira— apostó por dar un giro en su política exterior, y esa apuesta se materializó en una cita que busca nada menos que reformular décadas de frialdad diplomática.

Mientras el viento costero agitaba banderas y agendas, una delegación de alto nivel boliviana, comandada por el viceministro de Comercio Exterior e Integración, Rodrigo Arce, cruzó hacia la región de Arica y Parinacota para abrir una mesa bilateral que pretende avanzar donde históricamente hubo retrocesos: comercio, logística, energía y conectividad. Del lado chileno, el secretario general de Política Exterior, Ricardo Bosnic, encabezó al equipo técnico, dispuesto a explorar las rutas de un entendimiento estratégico más profundo.

UN DIÁLOGO QUE APUNTA A ROMPER EL CICLO DE DESCONFIANZA

El encuentro se centró en objetivos concretos: mejorar el servicio portuario para la carga boliviana en la Terminal Puerto Arica (TPA), reducir demoras, disminuir costos y otorgar mayor previsibilidad a las exportaciones del altiplano. Esta mejora logística no es menor: Bolivia depende en gran parte de puertos chilenos para mover su comercio exterior, por lo que la eficiencia portuaria afecta de manera directa su competitividad internacional.

Según fuentes diplomáticas presentes en la reunión, el diálogo se extendió hacia temas más amplios: acuerdos comerciales bilaterales para la diversificación de mercados, facilitación de exportaciones, y una mayor participación boliviana en cadenas regionales y globales de valor económico.

LA CONECTIVIDAD COMO EJE DE UNA REGIÓN MÁS INTEGRADA

Otro de los aspectos llamativos de la jornada fue el énfasis en mejorar la conectividad aérea, con miras a dinamizar el turismo binacional, fomentar negocios transfronterizos y permitir traslados más fluidos entre ambos países.

Pero el punto más estratégico —y quizás más ambicioso— fue el avance en el proyecto de reversa del Oleoducto Sica Sica, considerado una pieza clave para fortalecer la seguridad energética regional. Su implementación permitiría alternativas de suministro y abriría nuevas posibilidades de cooperación energética.

UN CAMBIO DE PARADIGMA EN LA DIPLOMACIA BOLIVIANA

La reunión en Arica marca una señal clara: Bolivia está reconfigurando su política exterior bajo el liderazgo de Paz Pereira, privilegiando el acercamiento vecinal, el pragmatismo comercial y el desarrollo compartido. El discurso del aislamiento quedó atrás. En su lugar, emerge una narrativa centrada en la integración regional y el beneficio directo para las comunidades que viven y trabajan en la frontera.

Chile, por su parte, ha mostrado disposición para avanzar en una agenda más fluida —y menos retórica— destinada a contener el deterioro diplomático sostenido que caracterizó los últimos años.

UN FUTURO QUE SE CONSTRUIRÁ EN REUNIONES PERIÓDICAS

Aunque aún es temprano para hablar de una “nueva era”, ambas delegaciones coincidieron en un punto crucial: este no será un encuentro aislado. Se acordó mantener mesas periódicas de trabajo, con objetivos claros y medibles, con el fin de cimentar un proceso que podría modificar el mapa de las relaciones entre ambos países.

Por ahora, la historia se escribe con cautela, pero también con la esperanza de que esta vez el diálogo no quede archivado en carpetas diplomáticas, sino que se transforme en rutas reales, acuerdos concretos y cooperación efectiva.

En Arica, la frontera dejó de ser una línea de separación —por unas horas— para convertirse en el escenario donde Bolivia y Chile intentaron, quizá, empezar una reconciliación largamente aplazada.

Belén Pavez G., Periodista y Locutora. Licenciada en Comunicación Social. Productora general y Directora de prensa en Vilas Radio. Música y Cat lover.

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