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BAJO TIERRA, LA BATALLA SILENCIOSA QUE EVITA EL CAOS: AGUAS DEL ALTIPLANO REFUERZA EL ALCANTARILLADO DEL NORTE Y SUPERA TODAS LAS PROYECCIONES

Mientras la ciudad duerme y las calles siguen su ritmo habitual, una red invisible sostiene la vida urbana. En Iquique, Alto Hospicio y la Pampa, esa red fue sometida este año a una de las mantenciones más intensas de la última década.

No se ve, no se escucha y casi nunca se agradece. Sin embargo, cuando falla, la ciudad entera se detiene. Hablamos del sistema de alcantarillado, ese entramado subterráneo que permite que hogares, comercios y servicios funcionen con normalidad. Durante este año, Aguas del Altiplano decidió adelantarse a los problemas y redoblar esfuerzos: el resultado fue una cifra que rompió las metas iniciales y marcó un hito en la mantención preventiva del sistema sanitario del norte.

Entre enero y noviembre, la sanitaria ejecutó labores de limpieza y mantención en más de 380 mil metros lineales de colectores públicos, un recorrido que equivale a atravesar Chile de norte a sur por debajo del suelo. El trabajo se concentró tanto en la zona urbana como en sectores rurales, con una estrategia clara: prevenir antes que lamentar.

Iquique y Alto Hospicio: dos ciudades, una misma urgencia

En Iquique, las cuadrillas intervinieron más de 211 mil metros lineales de colectores, recorriendo barrios históricos, sectores céntricos y zonas residenciales. En paralelo, Alto Hospicio y la Pampa —incluyendo localidades como Pozo Almonte, La Tirana, Pica y Huara— sumaron más de 170 mil metros adicionales de mantención.

El enfoque fue mayoritariamente preventivo: limpieza profunda, retiro de residuos y control de puntos críticos, una labor técnica que reduce significativamente el riesgo de obstrucciones, rebalses y emergencias sanitarias, especialmente en fechas de alta demanda.

Cuando la emergencia no avisa

Aunque la planificación es clave, hay momentos en que la red exige respuestas inmediatas. Así lo explicó Nicolás González, jefe de la unidad de Gestión Autónoma de Aguas del Altiplano, quien recordó una de las noches más complejas del año.

“En fechas críticas reforzamos nuestros equipos. El 24 de diciembre, por ejemplo, en Iquique tuvimos cuadrillas trabajando desde las once de la noche hasta las tres de la madrugada para controlar una emergencia y asegurar la continuidad del servicio”, relató.

Escenas como esa se repiten lejos de las cámaras y del ruido urbano, con trabajadores operando en condiciones complejas para evitar que un problema subterráneo se transforme en una crisis en superficie.

El llamado que no puede ignorarse

Desde la sanitaria recalcan que una parte importante de los problemas en el alcantarillado no tiene origen técnico, sino doméstico. Basura, aceites, pañales, restos de comida y objetos ajenos al sistema siguen llegando a las tuberías, generando bloqueos que podrían evitarse.

“El alcantarillado no es un basurero. Su correcto uso es fundamental para prevenir emergencias que afectan a toda la comunidad”, enfatizó González.

Canales abiertos, red protegida

Aguas del Altiplano mantiene disponibles sus canales de atención para reportes y consultas ciudadanas, incluyendo la línea 600 600 9900, además de sus plataformas digitales y redes sociales, con el objetivo de responder oportunamente ante cualquier eventualidad.

Mientras tanto, bajo las calles de Iquique, Alto Hospicio y la Pampa, el trabajo continúa. Invisible, silencioso y decisivo. Porque cuando el alcantarillado funciona, la ciudad respira tranquila.

Belén Pavez G., Periodista y Locutora. Licenciada en Comunicación Social. Productora general y Directora de prensa en Vilas Radio. Música y Cat lover.

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