
Quince accidentes, conductores ebrios, centenares de infracciones y una ciudad que, pese a todo, evitó una tragedia mayor: el balance policial dejó una advertencia clara tras el último fin de semana largo del año.
Mientras las familias celebraban y las playas se llenaban de veraneantes, otro panorama se desplegaba en las calles y rutas de Arica: controles sorpresa, sirenas en la madrugada y conductores sorprendidos bajo los efectos del alcohol.
El feriado extendido por el Día de la Inmaculada Concepción puso a prueba la seguridad vial de la región. Carabineros desplegó un operativo extraordinario que dejó cifras que no pasan inadvertidas.
LAS CIFRAS QUE PREOCUPAN
Durante el periodo, Carabineros ejecutó un total de 4.245 controles preventivos entre fiscalizaciones vehiculares y de identidad.
De ese total:
- 445 pruebas de alcoholemia con intoxilyzer
- 11 conductores retirados de circulación por manejar ebrios
- 7 de ellos involucrados directamente en accidentes
El dato más inquietante es claro: la principal causa de los siniestros fue la conducción en estado de ebriedad.
SIN MUERTES, PERO CON HERIDOS
El reporte oficial confirmó:
- 15 accidentes de tránsito registrados
- 13 personas lesionadas
- 0 víctimas fatales
Un dato que, si bien entrega alivio, también deja una advertencia: el margen entre el accidente y la tragedia fue mínimo.

UNA LLUVIA DE INFRACCIONES
En materia de fiscalización, el balance también fue contundente. Se cursaron 510 infracciones de tránsito, siendo las más frecuentes:
- 146 por conducir sin licencia
- 69 por exceso de velocidad
- 33 por no usar cinturón de seguridad
- 7 por no utilizar sistemas de retención infantil
Cifras que reflejan una preocupante falta de cultura vial.
LA ADVERTENCIA DE CARABINEROS
El jefe de Zona de Carabineros, general Álvaro Martínez Vega, fue enfático:
“La conducción bajo los efectos del alcohol sigue siendo la principal causa de siniestros viales. Cada vez que una persona toma el volante en esas condiciones, pone en riesgo su vida, la de su familia y la de terceros”.
Además, reiteró el llamado a la responsabilidad, autocuidado y conciencia vial, recordando que cada decisión al volante puede marcar la diferencia entre llegar a casa o no.
UNA CIUDAD QUE SE SALVÓ POR POCO
El balance fue claro: no hubo fallecidos, pero los números revelan una ciudad que estuvo al borde del desastre. Alcohol, velocidad y desobediencia a las normas siguen siendo los principales enemigos en las calles de Arica.
El mensaje final es directo: conducir no es un juego, es una responsabilidad de vida o muerte.







