ARGENTINA DEMORA SUS OBRAS Y PONE EN RIESGO EL AVANCE DEL CORREDOR BIOCEÁNICO QUE UNE TARAPACÁ CON BRASIL

El desarrollo del Corredor Bioceánico Vial, una de las obras más ambiciosas de integración entre el Pacífico y el Atlántico, enfrenta un nuevo obstáculo: las demoras de Argentina en los tramos viales bajo su responsabilidad. Mientras el norte de Chile, especialmente la Región de Tarapacá, avanza en la modernización de su infraestructura, el lado argentino muestra señales de estancamiento debido a recortes en la inversión pública.
El proyecto, impulsado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), conecta los puertos de Iquique y Antofagasta con las provincias argentinas del noroeste, Paraguay y Brasil, a lo largo de más de 2.400 kilómetros. Su meta es crear una red logística que reduzca los tiempos y costos del comercio regional, potenciando la competitividad del Cono Sur.
Desde Chile, el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones confirmó que los tramos bajo su jurisdicción están “finalizados o próximos a concluir”. En el puerto de Iquique, se incorporó equipamiento de última generación, como una nueva grúa de alto rendimiento, y se realizaron mejoras en la Ruta 1 y la Ruta 16, claves para el tránsito hacia los pasos fronterizos de Jama y Sico.
En contraste, Argentina mantiene paralizadas varias de sus obras, particularmente las correspondientes a la Ruta Nacional 51, que une San Antonio de los Cobres con el Paso de Sico, y la Ruta Provincial 54, aún sin concluir. Aunque la provincia de Salta obtuvo recientemente un crédito internacional para reactivar los trabajos, el avance sigue siendo lento.
El escenario se agrava por la política de ajuste aplicada por el gobierno de Javier Milei, que redujo en más del 80% la ejecución de obras públicas en 2024. Esa decisión impacta directamente en la conectividad bioceánica, afectando el flujo de exportaciones argentinas hacia los puertos chilenos.
Mientras tanto, Paraguay y Brasil mantienen un ritmo más dinámico. El puente internacional Porto Murtinho–Carmelo Peralta, pieza clave del trazado, ya registra un 80% de avance y se espera su inauguración a fines de 2026.
En Tarapacá, el panorama es distinto. Las mejoras portuarias y viales refuerzan el papel de Iquique como eje estratégico para la salida al Pacífico de productos argentinos y paraguayos. Sin embargo, la falta de continuidad del lado argentino impide alcanzar la conectividad plena prevista en los acuerdos firmados hace más de una década.
El ministro chileno Juan Carlos Muñoz resumió la situación con claridad: “Chile cumplió su parte. Esperamos que Argentina haga lo mismo para concretar un corredor que beneficie a toda la región”.
Por ahora, el Corredor Capricornio sigue siendo un proyecto con dos velocidades: una que avanza con fuerza desde el Pacífico y otra que, del lado argentino, se detiene ante la falta de recursos y planificación.
Fuente: BíoBío







