
- La frase fue lanzada por el alcalde Mauricio Soria en medio de una acalorada discusión con concejales, luego de que no se aprobara poner término al contrato con la empresa que incumplió la licitación, lo que retrasa el proceso para asegurar el suministro de combustible 2025.
Una tensa sesión extraordinaria vivió el Concejo Municipal de Iquique el pasado jueves 23 de mayo, en el marco de la discusión de la denominada “gran compra” para el suministro de 600 mil litros de combustible correspondiente al año 2025. El conflicto se generó cuando concejales solicitaron los antecedentes físicos del proceso y cuestionaron la transparencia en el manejo de los documentos por parte del Ejecutivo comunal.
El alcalde Mauricio Soria reaccionó visiblemente molesto ante las dudas de los ediles “aquí no se está guardando ni un documento. Está bien, dudan de nuestro control interno, pero se informa por escrito. Aquí no estamos jugando, esto no es un juego, no es un capricho. Control interno nos da un informe que dice que no se cumplió y eso ya esta”.
La discusión escaló entre distintas voces del concejo. La concejala Carolina Valdés defendió el rol fiscalizador del cuerpo colegiado “se molestan porque estamos cumpliendo nuestro deber. Le moleste a quien le moleste, es nuestra función como concejales”.
Por su parte, el concejal Néstor Jofré añadió “no se trata de que quién habla más fuerte gana, pedimos antecedentes por transparencia y eso es lo que corresponde”.
Ante la tensión, la concejala Roxana Vigueras propuso una solución para evitar este tipo de conflictos “para la próxima, se deben adjuntar todos los documentos que haya aprobado el contralor”.
Finalmente, la votación terminó con 6 abstenciones y 5 votos a favor, lo que impidió aprobar el término del contrato con la empresa cuestionada. Este resultado tiene un impacto directo en los tiempos administrativos.
Cabe señalar que mientras no se concrete el término formal del contrato vigente, la municipalidad no puede adjudicar un nuevo proveedor de combustible, ya que legalmente la empresa sigue siendo la adjudicataria. Si bien se puede avanzar con la preparación de una nueva licitación o evaluar un trato directo por urgencia, este no puede formalizarse hasta cerrar el contrato anterior.
En conclusión, el rechazo al término del contrato retrasa el proceso y deja en incertidumbre la provisión de combustible para el próximo año, afectando la operatividad de los servicios municipales.