En el marco de la celebración de los 144 años de Iquique, en esta oportunidad destacamos al «Cerro La Cruz», en el cual los chilenos que llegaban al Iquique antiguo instalaron una cruz, por la existencia de una animita, dado que era la mayor montaña del Iquique del siglo XIX en el plano urbano.
Por eso se genera una adoración parecida al ocurrido en el Cerro Esmeralda y de ahí su nombre “Cerro La Cruz”, según relata Francisco Ovalle en “La cuidad de Iquique” (1909), los vecinos de esta calle son parte de la frontera sur del Barrio El Colorado.
Sus vecinos se desempeñaban en faenas de pesca artesanal, entre ellas algunos fletadores de pescado del Iquique de mediados del siglo XX, conocidas como “chamayas” y luego industrial, donde también había comerciantes minoristas y matarifes.
A la vez, sus casas eran de obreros y trabajadores, aunque destacaban edificaciones de dos pisos que se extendían desde la calle Arturo Fernández hasta el mismo cerro, y una escalera que aún se conserva que data de 1980, ya que antes se subía a pie por el costado.
Hacia comienzos de los años 80, se empieza a poblar la parte más baja del cerro La Cruz con casas de madera. Aún hoy es apreciable este recinto del Iquique del siglo XX, sin embargo, debe mirar hacia arriba, porque es un cerro y tiene vista privilegiada del puerto y del sector norte de Iquique.
