El humedal ubicado a 14 kilómetros al sur de Iquique, tiene una extensión de 132,6 hectáreas distribuidas desde el borde costero hasta 200 metros mar adentro, con una profundidad promedio de seis metros, que alberga una gran biodiversidad, donde destacan bosques de macroalgas que convierten la zona en el mayor “vivero marino” del norte de Chile.
Playa Blanca es reconocida como el primer humedal urbano costero protegido de Chile, y de acuerdo a la nueva normativa sobre protección de humedales y a partir de la declaratoria, a través de las ordenanzas municipales, permiten establecer medidas concretas de protección en la zona.
El humedal de Playa Blanca se ubica entre el cordón de la cordillera de la costa y el gran océano Pacífico, se extiende por 132,6 hectáreas y hasta 200 metros mar adentro, con una profundidad promedio de seis metros.
En su borde costero es posible observar, a simple vista, diversos asentamientos de aves y mamíferos marinos, donde múltiples reportes y avistamientos han evidenciado la presencia de especies en estado vulnerable, tal como es el caso del pingüino de Humboldt y de otras en peligro de extinción, como la golondrina de mar, gaviotín chico y chungungo.
Esta presencia se debe, principalmente, a la distribución rocosa del borde costero de la bahía, donde es posible identificar las amplias áreas con guano fósil -importantísimo para las aves marinas, además de la escasa presencia humana en estos asentamientos y la abundante biodiversidad marina que hacen posible la existencia de al menos 25 especies distintas de poblaciones de aves marinas.
En cuanto a la geografía marina, destacan los bosques de macroalgas que se caracterizan también por su valor económico como recurso importante de la pesca artesanal, pero, sobre todo, cumplen una función ecológica importante, al realizar funciones vitales para la reproducción de especies marinas, dado que proveen oxígeno, refugio y alimento a los organismos que habitan en ese borde costero.