“ALGUIEN QUE HACE ASEO, PUEDE GANAR EL SUELDO DE UN MÉDICO”: DE CONCEPCIÓN A ESCANDINAVIA

Carlos Soto, un penquista que a los 25 años, decidió en el año 2000 dejar su natal Concepción para buscar un futuro mejor en Islandia y luego en Noruega, junto a su esposa Viviana y su hijo de cuatro años. La oportunidad surgió tras entablar amistad con un grupo de islandeses que conoció mientras trabajaba como barman en un hotel. Estos nuevos amigos no solo le ofrecieron apoyo moral, sino que también le ayudaron a establecerse en Reikiavik, proporcionándole trabajo, vivienda y hasta un aval para su primer automóvil.
“En 1999, yo conocí a unos islandeses, que fueron a construir un barco. En ese tiempo era barman en un hotel, entonces como aprendí a hablar en inglés, pude hablar con ellos”, comentó Carlos en una conversación con BBCL.
Durante una década, Carlos se dedicó al cuidado de personas mayores en Islandia, adaptándose a una cultura y clima completamente diferentes. Sin embargo, la crisis financiera de 2008, que afectó gravemente al país, lo llevó a perder gran parte de sus ahorros. Ante esta situación, decidió explorar nuevas oportunidades en Noruega, país al que emigró en 2010.
En Noruega, Carlos se sorprendió al encontrar empleo apenas dos días después de su llegada, gracias a su preparación y dominio del idioma. Con el tiempo, logró establecerse y reunir a su familia nuevamente. Destaca la equidad laboral del país, donde todos los trabajos son valorados por igual, permitiendo que incluso quienes realizan labores de limpieza puedan alcanzar ingresos comparables a los de un médico, si así lo desean.
En este marco, Carlos comentó que “alguien que trabaja en el aseo, haciendo muchas horas extras, puede llegar a tener el sueldo que gana un médico. A lo mejor el médico se gana eso mismo, sentadito 7 horas y media al día, y yo a lo mejor me tengo que sacrificar más, tendré que doblar mis turnos, pero voy a llegar a la misma meta. Entonces, eso también te da una sensación de igualdad y eso es otra de las normas no escritas que los noruegos tienen, como la Ley de Jante, que asegura la igualdad para todos”.
Actualmente, Carlos reside en Oslo, donde ha encontrado un equilibrio entre su vida laboral y personal. Además de su trabajo, se dedica a mostrar las bellezas de Noruega a través de sus redes sociales, compartiendo su experiencia como guía turístico y promoviendo la integración cultural.