
El humo aún flotaba sobre los cerros de Pucón cuando los vecinos comenzaron a enterarse de lo ocurrido. En medio del silencio rural del sector Candelaria, un complejo turístico terminó reducido a escombros tras un ataque incendiario que, además de dejar cuantiosos daños, trajo consigo un mensaje que desconcertó a todos: “A los venezolanos se les respeta”.
La frase, escrita en una leñera a pocos metros de las cabañas destruidas, abrió un abanico de hipótesis que hoy mantienen en vilo a autoridades y residentes. ¿Fue una advertencia? ¿Un ajuste de cuentas? ¿O la reacción desmedida de un grupo que buscaba vengar una expulsión?
Una noche que rompió la calma
Eran pasadas las 20:00 horas del miércoles cuando, según testigos, cuatro o cinco individuos irrumpieron en el predio turístico, ubicado en una de las zonas más tranquilas de la comuna. En minutos, las llamas se apoderaron de un quincho y bodegas de 80 metros cuadrados, mientras los intrusos desaparecían sin ser vistos.
La comunidad quedó atónita. Pucón, conocido por su lago y su turismo de aventura, no acostumbra a este tipo de ataques. “Nunca había pasado algo así por aquí. Escuchar de un incendio provocado con un mensaje de por medio es como de película”, relató un vecino, aún con incredulidad.
Los antecedentes que encienden la sospecha
El propio dueño del complejo entregó un dato clave: semanas antes, un grupo de ciudadanos extranjeros había ingresado sin permiso al lugar, permaneciendo allí algunos días hasta ser desalojados. Esa expulsión, creen en la zona, podría estar vinculada directamente al ataque.
El mensaje pintado a favor de los venezolanos es hasta ahora la única pista sólida que tienen los investigadores. Carabineros descartó que se tratara de una consigna propia de ataques en zonas de conflicto rural, reforzando la teoría de un ajuste personal más que de un atentado ideológico.
Investigación en curso
Sin cámaras de seguridad en el complejo, la tarea no es sencilla. Sin embargo, personal de Labocar y OS9 de Carabineros ya levantó peritajes en busca de huellas, rastros de acelerantes y cualquier indicio que permita identificar a los responsables.
“Se trató de un incendio doloso, con participación de terceras personas, que afectó instalaciones destinadas a quinchos y bodegas. Además, se encontró un lienzo no relacionado a causas rurales conocidas”, explicó el teniente coronel Alejandro Albán, de la Prefectura de Villarrica.
Una herida abierta en la comunidad
Hoy el complejo turístico permanece cerrado y los vecinos observan con inquietud. Lo que hasta hace poco era un espacio de descanso y recreación, quedó convertido en ruinas y misterio. En las redes sociales, las opiniones se dividen: algunos ven un conflicto derivado de tensiones con migrantes, otros creen que se trata de un acto aislado de venganza.
Lo cierto es que el caso golpeó la tranquilidad de Pucón y dejó sobre la mesa un enigma difícil de ignorar: ¿quiénes fueron los autores del ataque y qué hay detrás de ese mensaje que exige respeto a los venezolanos?
Mientras las respuestas llegan, la frase sigue retumbando en la memoria de la comunidad como un recordatorio incómodo de que incluso en el corazón del turismo nacional, la violencia puede aparecer sin previo aviso.