El viernes 11 de octubre se registró un incendio que conmocionó al país entero: la iglesia San Antonio de Padua, una reliquia arquitectónica y monumento histórico nacional emplazado en el sector norte de Iquique, ardía.
Ante esto, el Cuerpo de Bomberos de Iquique (CBI) ha advertido sobre la vulnerabilidad de edificios patrimoniales. Es más, el comandante Jorge Medica indicó a El Mercurio que la mayoría de los inmuebles de características similares al templo están destinados a desaparecer por los incendios, si es que las autoridades y el Estado no toman cartas en el asunto.
PUNTOS DE ALTO RIESGO
Así, el CBI identificó seis sectores de alto riesgo por sus construcciones en madera.
El listado incluye al Paseo Baquedano, el barrio El Morro, el barrio Boliviano, la Catedral, la ex Estación de Ferrocarril y el Teatro Municipal.
Medina indicó que no solo la materialidad de las construcciones provocan el riesgo de incendio, sino que también “se suman el hacinamiento, malas conexiones eléctricas y alta cantidad de cables del tendido, por lo que cuando hay aviso de incendio se despacha de una vez el doble de unidades (seis carros), además de un vehículo aljibe y carros escala”.
GRIFOS
Los edificios patrimoniales ubicados en los sectores mencionados generan, en caso de un incendio, una alta carga calórica, por la madera empleada en la construcción y los amplios salones. Por lo tanto, el abastecimiento de los grifos cercanos es crucial para el combate de un siniestro.
En general, un grifo debería cumplir con la normativa de arrojar 960 litros por minuto.
En un caso similar al de la iglesia San Antonio de Padua, Medina señaló que se emplean hasta tres mil litros por minuto.
“En estos casos nuestro trabajo es para que el incendio no se expanda, porque sabemos que no hay mucho que hacer en caso de un edificio que ya se prendió, como ocurrió con la iglesia. La prioridad es salvar vidas, porque se pueden prender cuadras completas”, explicó Medica.
Fuente: El Mercurio.