PRODUCTORES DE QUINUA ACCEDEN A CERTIFICACIÓN ORGÁNICA
Con la finalidad de aumentar la competitividad de la cadena de valor de la quinua de la Región de Tarapacá, los pequeños agricultores de la zona continuan en una serie de capacitaciones para fortalecer su productividad, desafío que forma parte de un proceso inédito vinculado a la certificación orgánica. Estas mejoras forman parte, desde el año 2019, del fortalecimiento en las competencias técnicas en agricultores y agricultoras de la región, tanto a través del convenio suscrito del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR) en 2019 con el Gobierno Regional Tarapacá, como con el convenio con Conadi, sobre certificación orgánica.
Es así como diez nuevos productores, pertenecientes a la Asociación Suma Juira, de la comuna de Colchane, participaron esta semana de una capacitación vía remota, que abordó esencialmente tres líneas de acción. Una orientada a la introducción a la normativa, un segundo módulo, referido al comité de la asociación y su manual de control interno y un tercero, relacionado a los miembros de la asociación, instancia en que se revisarán sus procedimientos y plazos que debe cumplir; siendo de orden más técnico.
José Miguel López, Ingeniero Agrónomo, profesional de apoyo del Departamento de Fomento de INDAP región Tarapacá, a cargo del programa indica que lo que se busca con esta certificación es “generar la trazabilidad de la producción orgánica. Es decir, que las personas aprendan a registrar sus labores prediales. De esta manera, todo lo que llega a la mesa del consumidor, tiene una historia de proceso; que incluye el manejo de preparación de suelo, preparación de cama de semilla, proceso de siembras, aplicación de abonos, proceso de cosecha y trilla entre otros”.
La agricultura orgánica se orienta a la elaboración de productos con insumos de origen orgánico. Producir bajo buenas prácticas, limpia de insumos químicos, en sus procesos. Ello trae consigo el desafío, en los productores de quinua, el querer fortalecer su producción y comercialización, siendo la certificación orgánica una línea de trabajo de gran desafío, para poder competir en el mercado local, la cual debe ajustarse a la normativa vigente de la Ley Nº20.089, siendo SAG, la autoridad competente encargada de fiscalizar el cumplimiento de la Ley.
En Chile, de acuerdo a los Estudios y Políticas Agrarias (Odepa), en su publicación “Agricultura Orgánica, ODS, Cambio Climático: Mercado internacional y nacional”, del Ministerio de Agricultura (noviembre 2020) el aumento de la superficie orgánica certificada da cuenta del crecimiento de la producción y de las exportaciones de productos, que en 2019 éstas superaron los USD 270 millones, llegando a más de 50 países. Así mismo, en los últimos años se ha incrementado el número de Organizaciones de Agricultores Ecológicos (OAE) con auto certificación, de gran importancia para satisfacer la demanda de productos orgánicos en el mercado nacional.