El último día laboral de junio marcó el fin de 30 años de servicio para los suboficiales mayores de Gendarmería, José Carril Tranamil y Mauricio Ramírez Améstica, quienes se despidieron de sus compañeros en el Centro Penitenciario de Iquique CCP.
Esta emotiva jornada incluyó un homenaje al mártir del CCP, Juan Monsalve Meriche, asesinado por internos haciéndose pasar por trabajadores de construcción. José Carril, en un acto solemne, liberó simbólicamente a Monsalve de la guardia, recordando con lágrimas el día en que, por un cambio de último momento, su vida fue salvada en lugar de la de su compañero.
Carril recordó aquel momento que significó un duro golpe para él y sus compañeros: “Esa mañana llegamos al trabajo y nos juntamos para conversar. Después el suboficial de guardia nos entregó los lugares a custodiar. A mí, me destinaron al sector donde falleció Juan Monsalve. A Juan, lo destinaron al otro portón. Después de un momento, nos entregaron una nueva orden, donde se invirtieron los papeles. Es decir, yo fui al portón de entrada de los camiones con material y Juan al portón donde ingresaban los trabajadores. Estando en mi sector, sentí balazos y no sabíamos de donde provenían. Después, me entero que Juan había fallecido. Solo reflexioné que ese momento era para mí. Si se hubiera mantenido la orden inicial, quien debía haber muerto ese día, era yo. Pero el destino dijo otra cosa”.
Mauricio Ramírez, también recordó aquella fatídica mañana, cuando las balas provenían tanto de los centinelas como de los internos. Además, evocó la trágica muerte de otro compañero que se suicidó en la garita del muro, un evento que pudo haberse evitado si sus advertencias hubieran sido escuchadas. Estos recuerdos reflejan las difíciles y a veces trágicas circunstancias que enfrentan los gendarmes en su labor diaria.
“Pero antes de ese incidente, tuvimos la muerte de otro compañero de curso, quien se auto eliminó en la garita que está en la mitad del muro. “Di la alerta que el compañero de curso estaba muy complicado. Tenía diversos problemas y se había dedicado al alcohol. Pero el suboficial de guardia de la época no asimiló la situación y se concretó el fallecimiento del compañero de curso”, expresó Ramírez.
Ambos suboficiales mayores finalizaron su servicio depositando una ofrenda floral al pie del monolito de Monsalve, en lo que fue su última actividad oficial con el uniforme de Gendarmería. Este acto simbolizó el cierre de una etapa significativa en sus vidas y el inicio de una nueva, llevándose consigo la satisfacción del deber cumplido y el honor de haber servido a su país con dedicación y valentía.