En el Hospital Regional de Antofagasta detecto el primer caso de Porfiria, cuya enfermedad suele ser hereditaria y si bien no tiene cura, existen medicamentos que pueden ayudar a controlarla.
La Porfiria según señala la Clínica Mayo, es un trastorno poco frecuente que se origina por la acumulación en el cuerpo de sustancias químicas naturales llamadas porfirinas, las que son necesarias para producir hemo, una parte de la hemoglobina que transporta el oxígeno a los distintos órganos y a los tejidos del cuerpo. Se necesitan ocho enzimas para convertir las porfirinas en hemo y si dichas enzimas no son suficientes, las porfirinas se acumulan en el organismo.
Un alto nivel de porfirinas puede causar grandes problemas, principalmente en el sistema nervioso y la piel. La porfiria tiene distintos tipos de síntomas los cuales varían según el tipo y la gravedad. En tanto, la enfermedad suele ser hereditaria, donde uno de los progenitores transmite un gen anormal a su hijo o hija.
Los síntomas, estos varías según el tipo de porfiria:
PORFIRIA AGUDA
Dolor intenso en el abdomen, el pecho, las piernas o la espalda.
Problemas digestivos, como estreñimiento, náuseas y vómitos.
Dolor muscular, hormigueo, entumecimiento, debilidad o parálisis.
Orina de color rojo o marrón.
Cambios mentales, como ansiedad, alucinaciones o confusión mental.
Sentir latidos cardíacos rápidos o irregulares, llamados palpitaciones.
Problemas respiratorios.
Presión arterial alta.
Convulsiones.
PORFIRIA CUTÁNEA
La exposición al sol puede causar:
Sensibilidad al sol y a veces a la luz artificial, lo que causa dolor ardiente en la piel.
Hinchazón y enrojecimiento repentinos y dolorosos en la piel.
Ampollas en la piel expuesta, normalmente en las manos, los brazos y la cara.
Piel fina y frágil con cambios en el color de la piel.
Picazón.
Demasiado crecimiento de vello en las zonas afectadas.
Orina de color rojo o marrón.