JÓVENES DE LA FOJI TARAPACÁ PREPARAN CONCIERTO VIRTUAL
Saber reinventarse frente a los efectos del Covid-19 se convirtió en una fortaleza en el mundo del arte. Es por ello que, creando instancias virtuales para aproximar este arte a las personas, la Fundación de Orquestas Juveniles e Infantiles (Foji) de Chile, continua con la formación de los mejores instrumentistas nacionales.
Los 30 alumnos con los que cuenta la Orquesta Sinfónica Juvenil Regional (OSJR) de Tarapacá, se han tenido que adaptar a esta nueva realidad con sus clases individuales y tutis -junto a toda la orquesta-, frente a una pantalla y a pesar de ello, los chicos que tienen entre 13 y 17 años, preparan una sorpresa para todo el público.
Se trata de un concierto en línea que será antes de finalizar el año, donde todos sus integrantes de manera simultánea estarán interpretando las tres obras aprendidas durante estos meses: “Camino a Socorama” de Danny Rodríguez, “La Gran Puerta de Kiev” de M. Mussorgsky y “La Jardinera” de Violeta Parra.
TRANSICIÓN
Las melodías que solían escucharse en los ensayos de la OSJR en la Escuela Moderna de Artes y Comunicaciones (Emac) de la Universidad Arturo Prat (Unap) o los espacios donde se guardaban los instrumentos, actualmente están vacíos y eso ha sido una de las cosas más difíciles para los niños y jóvenes, según lo que comentó el coordinador regional, Julio Martínez.
“Es un grupo muy alegre, muy respetuosos entre ellos y los ensayos eran risas, buena onda, pero todo lo social se nos fue lejos con la llegada del coronavirus. Hoy quizás las clases están más avocadas a la formación, porque es difícil percibir los sonidos a través de una máquina, pero destaco la paciencia y el rigor que ha tenido cada uno para continuar con nosotros frente a estas adversidades”, confesó.
Para soslayar este cambio, una de las iniciativas de la orquesta –que se creó en la primera región el año 2011–, fue crear instancias de apoyo psicológico para los niños y jóvenes que integran la fundación, quienes estudian en establecimientos municipales y que son becados para poder financiar el mantenimiento de sus instrumentos, ya sea de viento, percusión o bronces.