CARABINEROS REALIZÓ 58° CONMEMORACIÓN POR LA MUERTE DEL TENIENTE HERNÁN MERINO CORREA
Hoy 6 de noviembre se cumplen 58 años de la muerte del teniente Hernán Merino Correa, hecho ocurrido en la Laguna del Desierto, donde cayó abatido en defensa del territorio nacional frente a fuerzas de Argentina.
A la ceremonia desarrollada en el patio de la Primera Comisaría de Iquique, asistieron ex suboficiales y actuales funcionarios en ejercicio, encabezados por el Jefe de Zona de Tarapacá, general Juan González Albornoz.
Dentro de los invitados, estuvo presente un funcionario (r) que estuvo en servicio junto al suboficial abatido.
Así Vilas Radio conversó con Carlos Jorquera Morales de 88 años, iquiqueño y quien formó parte de la institución.
Yo pertenecí a la Escuela se Suboficiales de Carabineros. Fuimos 200 Carabineros a cuidar nuestra soberanía hasta Puerto Montt en esos tiempos y alcancé a conocer al teniente, fue tal como lo han resaltado los superiores hoy»
MERINO Y LA HISTORIA
Hernán del Carmen Francisco Merino Correa nació en Antofagasta, el 17 de julio de 1936, hijo de Carlos Merino Charpentier, Capitán de Carabineros, y de Ana Correa de la Fuente.
Responsable, disciplinado, amistoso, inteligente, solidario, amante y protector de su familia, desde siempre quiso servir al país y a la comunidad revestido del verde uniforme, no sólo por el ejemplo de su padre, sino que también por su gran vocación.
En 1957 egresó de la Escuela de Carabineros como Subteniente iniciando una destacada trayectoria. Luego de su paso por diferentes destinaciones, con apenas 27 años ya había protagonizado varios hechos que evidenciaron tempranamente su arrojo y valentía: socorrió a la población de Valdivia en el contexto del terremoto de 1960; también, salvó la vida de una madre y su hijo que cayeron al río Mininco, en la región del Biobío; y en Puerto Aysén rescató al único sobreviviente de un accidente aéreo, al que cargó sobre sus hombros durante ocho horas hasta conseguir ayuda médica.
Un oficial de Carabineros que a través del tiempo forjaría vocación de servicio público, entrega, compromiso y profesionalismo más allá del deber. Un ejemplo de ese cometido fue el patriotismo y la cercanía que cultivó con la comunidad: a cargo de la Tenencia Cochrane recorría el pueblo y sus alrededores a caballo para conversar con los pobladores y brindarles orientación. También, colaboró para mejorar la atención de salud, ayudó a la habilitación de áreas verdes, promovió la construcción de caminos y trabajó para la ampliación de la pista de aterrizaje, entre otras loables acciones.
Justamente en el extremo sur del país, el 6 de noviembre de 1965, daría su última y más grande muestra de valor, patriotismo y determinación. En el marco de un tenso conflicto limítrofe, en el sector de Laguna del Desierto, al acudir en apoyo de su superior, el Mayor Miguel Torres Fernández, el Teniente Merino, con apenas 29 años, recibió un disparo que le provocó la muerte.