Con 41 votos a favor y uno en contra (senadora independiente Fabiola Campillai), la iniciativa pasó a la Cámara de Diputadas y Diputados para su tercer trámite constitucional, ya que en su paso por el Senado sufrió modificaciones que deben ser votadas.
«El sufragio será obligatorio para los electores en todas las elecciones y plebiscitos salvo en las elecciones primarias. Una ley orgánica constitucional fijará las multas o sanciones que se aplicarán por el incumplimiento de este deber, los electores que estarán exentos de ella y su procedimiento de aplicación», señala la redacción final de la reforma, según lo establecido en la Comisión de Constitución de la Cámara Alta.
El presidente del Senado, Álvaro Elizalde (PS), señaló que tras el retorno de la democracia «se produjo una especie de congelamiento del padrón electoral y, a comienzos del siglo XXI, se estableció la inscripción automática pero el voto voluntario. Hoy, muchos de los que tenían dudas ahora están convencidos que mientras más ciudadanos participen es mejor para la democracia».
Aunque matizó con que esta norma «tiene que ir acompañada de otras modernizaciones legales».
Por su parte, el senador Luciano Cruz-Coke (Evópoli) puntualizó que tras el plebiscito de salida hubo una «lección» al convocar al 85% del padrón electoral», por lo que es la «revalorización y legitimidad de la democracia. Esto permite que las personas se sientan conscientes de lo que hacen y permite devolver al país ciertas tradiciones».
Cabe recordar que el voto voluntario comenzó a regir el pasado 2012 en nuestro país, que vino de la mano con la inscripción automática de los mayores de 18 años en el Servicio Electoral.
