HOY CUMPLE 86 AÑOS EL GRAN ROY ORBISON
Cuando hablamos de la historia de la música pop-rock sin duda debemos nombrar a este gigante de la industria, donde poseía una voz penetrante capaz de emocionar al individuo más insensible con sus tristes relatos de desamor que tanto influyeron en la construcción del rock y el pop posterior.
Admirado y venerado con devoción por sus compañeros de profesión, Roy Orbison (nacido el 23 de abril de 1936 en Vernon, Texas), comenzó su carrera musical a finales de los 50 como cantante para el sello Sun Records de Sam Phillips, en donde grabó su primer sencillo, “Ooby Dooby”, un tema rockabilly que tuvo mediana repercusión comercial.
El físico poco agraciado (de cara al fenómeno fan) de Orbison pudo condicionar el poco éxito de sus siguientes singles, lo que le hizo abandonar la Sun Records y su posición de cantante durante un tiempo.
Su talento como compositor le llevó a volcarse a la escritura de canciones de texturas más pop (con predilección por grandiosas baladas) sin perder sus raíces más rock & roll para la Acuff-Rose Music, una compañía de Nashville con la que consiguió un enorme resultado en ventas gracias a que los famosos Everly Brothers grabaron un tema que Orbison había escrito para su esposa “Claudette”.
Poco después, en el año 1960, firmó con el sello Monument Records en donde trabajó también como compositor y como cantante.
Decidió volver a grabar sus propias canciones y publicó “Uptown”, single que, aunque no fue un tremendo éxito, sí logró estimables ventas que envalentonaron a Orbison para continuar su carrera como cantante.
Su popularidad se disparó con la publicación de “Only The Lonely”, un tema rechazado por Elvis Presley y los hermanos Everly que le llevó a los más altos puestos en las listas mundiales.
Otras fenomenales canciones que hicieron de Roy uno de los grandes de la época y de la historia son:
“Blue Angel”
“Crying”
“I’m Hurtin”
“Candy Man”
“Running Scared”
“Leah”
“Working For The Man”
“In Dreams”
“Falling”
“Blue Bayou…
Y, por supuesto, sus números 1 “It’s Over” y “Pretty Woman”.
Estos dos últimos éxitos los consiguió nada más y nada menos que en 1964, el año de mayor auge de la “Invasión Británica” en los Estados Unidos, haciendo de Roy uno de los pocos artistas estadounidenses capaz de competir en ventas con los chicos británicos liderados por los Beatles, a quienes había teloneado en su gira por Inglaterra un año antes.
El 4 de diciembre tocó en Highland Heights, Ohio; fue su último concierto. Agotado, regresó a su casa en Henderson para descansar durante unos días antes de volar de nuevo a Londres para grabar dos vídeos de The Traveling Wilburys. El 6 de diciembre de 1988, pasó el día jugando con aviones de modelaje con sus hijos; después, tras cenar en casa de su madre en Hendersonville, Tennessee, Orbison murió de un ataque al corazón; tenía 52 años.
La muerte de Orbison copó las páginas y noticieros de todo el mundo. El autor Peter Lehman sugiere que si hubiera muerto en la década de 1970 cuando su carrera estaba de capa caída, solo habría habido una mención en la sección de obituarios de los periódicos. Sin embargo, la respuesta a su muerte reflejó lo popular que Orbison había vuelto a ser. Fue primera página del New York Times. El National Enquirer sugirió en su portada que Orbison se habría matado a fuerza de trabajar. A su muerte se erigieron dos monumentos conmemorativos: uno en Nashville, Tennesse, y otro en Los Ángeles, California. Fue enterrado en el Westwood Village Memorial Park Cemetery (Los Ángeles).