Las Fiestas Patrias no solo son sinónimo de asado y cueca, también puede servir para volver a nuestras raíces y a nuestra infancia con los juegos tradicionales de nuestro país. Aunque son pensados para niños, pueden ser disfrutados por todos.
El trompo
Es una pirinola de madera con punta de fierro. El juego consiste en dibujar un círculo de tiza en el suelo dentro del cual debe girar el trompo, la idea es que otros jugadores intenten pegarle a ese trompo para sacarlo del círculo. El objetivo de este juego es no dejar salir al trompo fuera del círculo, por lo que cuando está cerca de la línea, se puede “hacer bailar” en la mano para volver a lanzarlo (tratando de sacar el trompo de otro competidor). Es un juego sin fin y muy entretenido.
El Emboque
Es un juguete de madera que está formado por dos piezas unidas por un cordel. Una de ellas luce como una campana con un orificio en el centro de la base, y la otra pieza es un palito que tiene un tamaño que encaja en el orificio de la otra pieza. El juego consiste en sostener dicho palito con la mano mientras la parte campana cuelga hacia abajo. Sin soltarlo, se debe intentar alzar esta campana tratando que caiga sobre el palito.
Tirar la cuerda
Consiste en que una cuerda larga se divide a la mitad, generalmente con una prenda de ropa, y con la cuerda extendida se hace una marca en el suelo a unos dos metros a la derecha del pañuelo y otra a la izquierda. Los jugadores se distribuyen en dos grupos y cada uno, ordenados en fila y de pie, toma la cuerda y la tiran arrastrando al equipo contrario. Gana el que pase la prenda de ropa por su marca.
El luche
Fue traído a nuestro país por misioneros jesuitas y consiste en trazar en el suelo varias divisiones horizontales y transversales (formando cuadrados) que terminan en un semicírculo y cada una se enumera. Los jugadores poseen un tejo (piedra plana) que es arrojada por la persona a quien le toca jugar hacia una de las casillas.
Para sacar el tejo hay que saltar por cada cuadrado en un pie, pero sin pisar el que lo contiene. Se finaliza el circuito y al devolverse el jugador lo saca desde el cuadrado anterior al marcado y saltando (nuevamente sin pisar el cuadrado marcado) hasta salir de la ruta.
Palo encebado
Se necesita piernas y brazos fuertes que permitan subirlo pese a la grasa. Este juego consiste en un palo de unos 20 centímetros de diámetro, y 5 a 6 metros de largo que se encuentra enterrado en la tierra. Este palo untado en grasa debe ser trepado para alcanzar el premio en la cima (generalmente es dinero).
Corre el anillo
Es un juego de origen español en que las niñas y niños sentados o de pie, con las manos semi abiertas simulan recibir un anillo que otro niño con las manos unidas pasa por cada jugador hasta que lo entrega a alguien y guardan el secreto.
Luego, un elegido del grupo debe adivinar quién tiene el anillo, y si se equivoca debe dejar una prenda que puede recuperarse luego de realizar una penitencia elegida por las compañeras y compañeros de juego. Y el que adivina debe pasar el anillo.
El volantín
Llegó a nuestro país en el siglo XVIII y se le atribuye a los monjes benedictinos. Los volantines son hechos de papel de seda y finas varas de coligüe sujetas a tres tiras de hilos que se unen a uno mayor que lo dirige al encumbrarlo. También se le añade tiras de papel para equilibrarlo en el aire.
Este juego fue prohibido en La Colonia por provocar disturbios en la ciudad y actualmente existen recomendaciones para jugarlo, como hacerlo lejos de cables de alta tensión y sin hilo curado, una clase de hilo recubierto con vidrio, ya que resulta muy peligroso.