En el mes del cumpleaños de Chile, queremos contar historias que nos hablen de la chilenidad más profunda. Es por eso que en Vilas Radio 100.1 FM conversamos con Moisés Aravena, dueño de un talento sin igual, miembro de una familia dedicada a los oficios de chinchinero y organillero.
Junto al bombo y el organillo, han tejido una historia que atraviesa a cuatro generaciones y un siglo de vida errante como testigos de la felicidad, el tiempo y el esfuerzo.
Moisés nos comentó: «Comencé en esto viendo y acompañando a mi abuelo, es muy hermoso este arte; hoy por hoy nos ganamos la vida en la Plaza Prat y en el centro; pero también recorremos las calles de Iquique diariamente».
Y cuando dice «recorremos» se refiere a su padre y su hermano, quienes juntos van repartiendo alegría con sus movimientos en sus diferentes ciudades, pues viajan constantemente desde Arica hasta Santiago.
Es un orgullo el ser chinchinero nos comentó pues «somos patrimonio vivo, reconocido por la Unesco, lo que nos a traído alegrías y a veces la incomprensión; pues al ser reconocidos como tal nosotros no necesitamos permiso para poder trabajar en la calle, cosa que a veces los Carabineros no entienden».
Aravena reconoce que quedan pocos siguiendo este oficio: «con suerte debemos ser 100 a nivel nacional. En mi familia somos como 20; pero quedamos pocos. La idea mía es continuar con este legado al trasmitirle esta pasión a mi hijo».