El Índice de Producción Industrial registró una caída interanual de 0,8% en noviembre de 2025, debido al retroceso de la minería y la industria manufacturera, mientras el sector de electricidad, gas y agua mostró un crecimiento que amortiguó la baja.
El corazón productivo de Chile bajó un cambio al cierre de la primavera. En noviembre de 2025, el Índice de Producción Industrial (IPI) registró una caída interanual de 0,8%, confirmando que el aparato industrial avanza con cautela en un escenario marcado por ajustes productivos, mantenciones programadas y una minería que no logra recuperar su ritmo histórico.
El dato, informado por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), refleja una realidad compleja: dos de los tres grandes motores industriales del país empujaron el índice hacia abajo, mientras solo uno logró compensar parcialmente el descenso.
Minería: el cobre pesa más que el litio
El sector minero, tradicional columna vertebral de la economía chilena, volvió a mostrar señales de debilidad. El Índice de Producción Minera anotó una baja de 1,3% en doce meses, arrastrado principalmente por la minería metálica, que retrocedió 4,3%, afectada por una menor ley del mineral y una reducción en el tratamiento de cobre.
Aunque el auge del carbonato de litio —con un crecimiento cercano al 20%— y el aumento en la producción de gas natural entregaron un respiro, no fue suficiente para revertir el impacto negativo del cobre, que continúa condicionando el desempeño global del sector.
Manufactura: menos madera, menos maquinaria
La industria manufacturera tampoco logró esquivar el enfriamiento. En noviembre, el Índice de Producción Manufacturera cayó 1,3% interanual, golpeado por una fuerte contracción en la producción de madera y derivados, que se desplomó 17%, debido a detenciones programadas en plantas clave del rubro.
A esto se sumó una caída significativa en la fabricación de maquinaria y equipos, influida por una alta base de comparación respecto al año anterior, cuando grandes proyectos mineros impulsaron la demanda industrial. También retrocedió la fabricación de papel, reflejando una menor actividad del sector productivo en general.
No todo fue negativo: la refinación de petróleo destacó con un crecimiento cercano al 28%, impulsado por el retorno a la operación tras mantenciones realizadas en 2024, aportando uno de los pocos impulsos positivos del mes.
Energía y agua: el contrapeso que sostuvo al índice
En contraste con la minería y la manufactura, el sector energético mostró un desempeño sólido. El Índice de Producción de Electricidad, Gas y Agua creció 2,4% interanual, consolidándose como el único componente que evitó una caída más profunda del IPI.
La generación eléctrica, especialmente desde centrales solares, lideró el avance, acompañada por un mayor suministro de agua para consumo residencial y un aumento en la regasificación de gas natural licuado, destinado principalmente a la generación eléctrica.
¿Una señal de alerta o un ajuste transitorio?
Desde una mirada mensual, la serie desestacionalizada del IPI mostró un leve crecimiento de 0,2%, lo que sugiere que el retroceso no responde a un colapso abrupto, sino más bien a ajustes puntuales y factores técnicos, como mantenciones, ciclos productivos y condiciones específicas de cada sector.
Sin embargo, el balance interanual confirma que la industria chilena sigue enfrentando desafíos estructurales, especialmente en minería metálica y manufactura tradicional, en un contexto donde la energía y los recursos no metálicos aparecen como los nuevos amortiguadores del sistema.
El cierre de 2025: cautela bajo la superficie
A semanas de cerrar el año, los números de noviembre dibujan una industria que avanza sin estridencias, con sectores que resisten y otros que aún buscan recuperar tracción. Bajo la superficie de los índices, la economía real sigue ajustándose, midiendo cada paso, mientras el país observa si 2026 traerá una reactivación más firme o una prolongación de este ritmo contenido.
Porque en la industria, como en la vida, no siempre el movimiento es hacia adelante… pero cada cifra deja una señal clara del camino que viene.
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