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SANGRE TRAS LOS MUROS: MUERE REO CHILENO EN EL PENAL MÁS TEMIDO DE BOLIVIA Y SE ENCIENDEN LAS ALERTAS INTERNACIONALES

Un ciudadano chileno de 24 años fue asesinado a puñaladas al interior del penal de máxima seguridad de Chonchocoro, en La Paz, Bolivia. El crimen activó protocolos de emergencia, el aislamiento de dos reclusos extranjeros y una investigación por homicidio.

La noche cayó pesada sobre el altiplano boliviano y, tras los muros de concreto del penal de Chonchocoro, el silencio fue quebrado por gritos desesperados. Minutos después, el cuerpo sin vida de un joven chileno yacía en el piso de una celda. Había sido apuñalado en el corazón mismo del sistema penitenciario de máxima seguridad de Bolivia.

El hecho, ocurrido durante la madrugada, traspasó rápidamente las fronteras y activó alarmas tanto en Bolivia como en Chile, al tratarse de un ciudadano chileno asesinado en una de las cárceles más estrictas y peligrosas de Sudamérica.

EL ESCENARIO DEL CRIMEN: UNA CELDA, UN CUCHILLO Y UNA MUERTE SILENCIOSA

La víctima fue identificada como Marcelo Hipólito Cifuentes Fuentes, de 24 años, quien cumplía condena por robo agravado. Según reportes oficiales, cerca de las 00:15 horas, custodios penitenciarios escucharon gritos provenientes de una celda del pabellón de alta seguridad.

Al ingresar, la escena fue brutal: Cifuentes Fuentes estaba tendido en el suelo, con una herida punzocortante profunda en el tórax, de varios centímetros. Fue trasladado de urgencia al área médica del penal, pero ya no tenía signos vitales.

La muerte se había consumado en silencio, en uno de los recintos supuestamente más controlados del país.

SOSPECHOSOS AISLADOS Y PROTOCOLOS ACTIVADOS

Tras confirmarse el deceso, se activó de inmediato un operativo interno de seguridad. Dos internos de nacionalidad extranjera, que compartían pabellón con la víctima, fueron aislados del resto de la población penitenciaria y trasladados a un área de contención especial.

Las autoridades bolivianas no descartan ajustes de cuentas, disputas internas ni la participación de terceros, mientras la investigación avanza bajo estricta reserva.

La División de Homicidios de la fuerza anticrimen se hizo cargo del levantamiento legal del cuerpo, que fue trasladado a la morgue judicial para la autopsia correspondiente, clave para reconstruir la dinámica exacta del ataque.

UN NOMBRE CON HISTORIA CRIMINAL TRANSFRONTERIZA

El caso adquiere mayor complejidad al conocerse los antecedentes del fallecido.
Marcelo Cifuentes Fuentes había sido vinculado a una banda delictual conocida como “Los Chilenos”, una organización criminal integrada por ciudadanos chilenos y bolivianos, desarticulada en abril de 2024 en La Paz, tras un millonario robo que superó los 200 mil bolivianos.

Este antecedente abre una línea investigativa clave: ¿fue su asesinato una represalia pendiente, un ajuste de cuentas o una disputa carcelaria que venía gestándose desde antes?

IMPACTO REGIONAL Y MIRADA DESDE CHILE

El homicidio de un ciudadano chileno en una cárcel extranjera eleva el caso a un plano internacional. Desde Chile, el hecho genera inquietud sobre:

  • Las condiciones de seguridad de connacionales privados de libertad en el extranjero
  • El control real dentro de cárceles de alta seguridad
  • La presencia de redes criminales transnacionales operando incluso tras las rejas

Chonchocoro, conocida como la “cárcel de los irrecuperables”, alberga a los internos considerados más peligrosos del país. Que un homicidio ocurra allí pone en entredicho los sistemas de control y vigilancia.

REFUERZO DE SEGURIDAD Y TENSIÓN EN EL PENAL

Tras el crimen, las autoridades penitenciarias anunciaron un endurecimiento inmediato de los controles, requisas exhaustivas y revisión de protocolos internos, en un intento por evitar nuevos episodios de violencia.

Sin embargo, puertas adentro, el clima es de máxima tensión. En cárceles como Chonchocoro, la violencia rara vez es un hecho aislado.

CUANDO LA CÁRCEL NO ES EL FINAL

La muerte de Marcelo Cifuentes Fuentes no es solo una estadística penitenciaria. Es el reflejo de una violencia que traspasa fronteras, de redes criminales que sobreviven incluso al encierro y de un sistema que, pese a sus muros y controles, no logró evitar una muerte anunciada.

Un chileno murió en una celda boliviana.
Un cuchillo habló donde debía reinar el control.
Y una pregunta queda flotando en el aire del altiplano:

¿Quién manda realmente tras las rejas?

Belén Pavez G., Periodista y Locutora. Licenciada en Comunicación Social. Productora general y Directora de prensa en Vilas Radio. Música y Cat lover.

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