
El cielo habló antes que los comunicados. Lloviznas inesperadas en Arica, nubes densas sobre la pampa y un murmullo de truenos en la altura marcaron el inicio no oficial de las lluvias estivales en el extremo norte del país. Mientras en la costa el fenómeno sorprendió a más de un vecino, en el interior el Estado ya estaba en alerta máxima: Tarapacá mantiene activa la vigilancia meteorológica y SENAPRED refuerza su despliegue ante la llegada de tormentas eléctricas y precipitaciones cordilleranas, un escenario típico del verano altiplánico, pero que nunca se toma a la ligera.
El verano no espera: el altiplano entra en fase activa
La Dirección Meteorológica de Chile (DMC) confirmó que el sistema atmosférico ya está en desarrollo. Dos avisos meteorológicos se encuentran vigentes para Arica y Parinacota, con extensión hacia Tarapacá, marcando un período de inestabilidad que se concentra en la precordillera y cordillera.
Entre el 25 y el 28 de diciembre, se esperan probables tormentas eléctricas, mientras que entre el 26 y el 27 se pronostican precipitaciones normales a moderadas en sectores cordilleranos. El fenómeno está asociado a la Alta de Bolivia, un patrón conocido que transporta humedad desde la Amazonía y la libera sobre la cordillera en forma de lluvias concentradas, descargas eléctricas y ráfagas de viento.

El Aviso Meteorológico A496/2025 de la DGAC precisa los montos estimados:
- Arica y Parinacota (cordillera): entre 10 y 15 mm el viernes 26, y 1 a 2 mm el sábado 27.
- Tarapacá (cordillera): entre 8 y 13 mm el viernes, y 1 a 2 mm el sábado.
En zonas de suelo duro y quebradas activas, estos registros son suficientes para activar escurrimientos, crecidas súbitas y riesgos en rutas y localidades rurales.
SENAPRED: alerta activa y monitoreo reforzado
Frente a este escenario, y en coordinación con la Delegación Presidencial Regional de Arica y Parinacota, SENAPRED modificó la Alerta Temprana Preventiva, enfocándola derechamente en un evento meteorológico para la Provincia de Parinacota y la comuna de Camarones. La medida, vigente desde el 22 de diciembre, implica un reforzamiento del monitoreo, no una señal de alarma desmedida, sino de anticipación.
Desde Tarapacá, la directora regional de SENAPRED, Patricia Montenegro, lo explicó con claridad en entrevista con Vilas Radio: “Hubo precipitaciones muy débiles, más bien lloviznas, tanto en la costa de Arica como en sectores puntuales de Tarapacá como Cancosa y Quebrada Blanca durante la madrugada. Son eventos acotados, pero que confirman que el período estival ya comenzó”.
Montenegro subrayó que los montos previstos se mantienen dentro del rango normal a moderado, lo que entrega cierta tranquilidad técnica, aunque no permite bajar la guardia. “Cuando hablamos de normal a moderado, seguimos atentos. Distinto sería un escenario moderado a fuerte, donde las medidas se intensifican aún más”, precisó.
Coordinación total: municipios, mineras y helicópteros en red
La alerta no se gestiona desde un escritorio. En Tarapacá, SENAPRED ha desplegado un trabajo territorial intenso desde septiembre, cuando comenzó el programa de preparación para precipitaciones estivales. Un ejemplo concreto fue la reunión en Pozo Almonte, donde el municipio convocó a empresas mineras para coordinar apoyo en caso de emergencias en pueblos del interior.
“La cercanía de las faenas a localidades rurales permite una respuesta más rápida ante despeje de rutas o apoyo inicial a comunidades”, explicó Montenegro, destacando el valor de la colaboración público-privada.
A esto se suma un trabajo silencioso pero clave: coordinación con Fuerzas Armadas, pilotos y tripulaciones de helicópteros, revisión de helipuertos y puntos de posada, y conexión directa con la Dirección General de Aguas, cuyos sensores —como la estación de Tarcavire en Camiña— permiten anticipar crecidas y ganar horas vitales de reacción.
La Niña en el radar y un llamado a la responsabilidad
El telón de fondo es climático. Según la DMC, Chile se mueve entre un 50% y 60% de probabilidad de ocurrencia del fenómeno de La Niña, lo que incrementa la posibilidad de lluvias en precordillera y cordillera. Aunque el porcentaje ha bajado levemente en el último mes, el riesgo sigue latente.
Por eso, el mensaje de SENAPRED es directo a la comunidad: preparación y responsabilidad. Revisar techumbres, asegurar canaletas, evitar construcciones en quebradas laterales y no exponerse innecesariamente a zonas de riesgo. “Las amenazas están presentes todos los años. No es nuevo. La diferencia está en cómo nos preparamos”, enfatizó Montenegro.
También hubo un llamado a las autoridades y municipios a mantener presencia activa durante enero y febrero, meses críticos por vacaciones y cambios administrativos. “Los municipios son los primeros respondedores. Necesitamos equipos disponibles y coordinados”, advirtió.
El verano altiplánico ya está aquí
Las primeras gotas ya cayeron. No fueron intensas, pero sí simbólicas. En el norte, el verano no se anuncia con calendario, sino con nubes que crecen rápido y lluvias que pueden caer lejos y golpear fuerte más abajo. La alerta sigue activa, el monitoreo es permanente y el sistema está en marcha.
Porque en Arica y Tarapacá, cuando el cielo cambia, la prevención no es opción: es supervivencia.







