TERREMOTO SACUDE TAIWÁN: CRÓNICA DE UNA TARDE QUE RETUMBÓ EN TODA LA ISLA

Un sismo de magnitud 6,1 remeció este martes el sudeste de Taiwán, con epicentro en la región de Taitung y una profundidad cercana a los 12 kilómetros. El movimiento fue percibido en gran parte de la isla, activó protocolos de emergencia y recordó la alta actividad sísmica que caracteriza a esta zona del Anillo de Fuego del Pacífico. Hasta el cierre de esta edición no se reportan víctimas fatales ni daños estructurales mayores.
Cuando el reloj marcaba las 17:47 horas de este 24 de diciembre de 2025 (Hora Taiwanesa), un estremecimiento profundo, casi como el rugido de la tierra, se propagó desde el sureste de Taiwán y resonó en cada recoveco de esta isla milenaria. Un terremoto de magnitud 6,1 —registrado por las autoridades sismológicas locales— detonó como una señal de alarma que hizo vibrar edificios, sacudió vidas y volvió a recordar a todos que Taiwán —sita en el corazón del Anillo de Fuego del Pacífico— es un territorio donde la tierra nunca duerme del todo.
Fue un temblor fuerte y poco profundo, con epicentro cerca de Taitung, una región costera del sudeste, a apenas 11,9 kilómetros de profundidad, lo que amplificó la sensación del movimiento y permitió que la oscilación se sintiera desde lugares distantes como Taipei, Kaohsiung y más allá. En algunos sectores, el temblor alcanzó niveles significativos en la escala de intensidad, dejando claro que no fue una simple vibración pasajera, sino una sacudida con presencia, fuerza y memoria.
“Era como si el suelo tuviera su propio latido,” comentaron residentes de Beinan, uno de los municipios más cercanos al epicentro. Allí, la intensidad del terremoto alcanzó valores notables en la escala de percepción, provocando que las copas tintinearan y las ventanas se estremecieran.
Pese a la potencia del fenómeno, hasta el momento no se han confirmado daños estructurales graves ni víctimas, según los reportes iniciales de las autoridades taiwanesas. Las redes de emergencia se mantienen en alerta, revisando edificios, carreteras y sistemas críticos, mientras las comunidades procesan el impacto del evento.
Taiwán no es ajeno a estos rugidos geológicos. En enero de este año, la isla fue golpeada por un terremoto de magnitud 6.4 en la región de Tainan–Chiayi, que dejó decenas de heridos y daños por millones de dólares antes de disiparse.
Este último evento ocurre mientras la población se prepara para las celebraciones navideñas, transformando lo que para muchos era una tarde de compras o encuentros familiares en un recordatorio de la fragilidad de nuestra existencia frente a las fuerzas que habitan bajo la corteza terrestre.
📍 Taiwán, ubicada justo en la convergencia de dos placas tectónicas —la Euroasiática y la Filipina— es una de las regiones más activas sísmicamente del planeta. Su historia está marcada por terremotos que han moldeado ciudades enteras, desde los devastadores de 1999 hasta los movimientos moderados que se sienten casi cada año.
Hoy, muchos taiwaneses miran hacia el horizonte marítimo, escuchan el eco de sus propios pasos y sienten, bajo los pies, el palpitar antiguo de la tierra. En esta isla de resiliencia constante, el temblor fue un susurro fuerte: un recordatorio de que los cimientos sobre los que construimos nuestras vidas son, a veces, tan móviles como nuestras emociones.
Seguiremos informando. La historia de este terremoto continúa desarrollándose a medida que se actualizan los datos oficiales y las comunidades evalúan sus consecuencias.







