
El silencio llegó donde antes había pasos. Las rutas que una vez escucharon promesas, rezos y aplausos quedaron vacías cuando la historia de Martín Vallejos, el niño de 9 años que movilizó a Chile entero con su lucha contra el cáncer, cerró su capítulo más doloroso: su muerte, confirmada esta semana, dejó una herida abierta en miles de personas que caminaron con él, aunque nunca lo conocieron.
No fue solo una noticia. Fue un golpe al corazón de un país que había aprendido a pronunciar su nombre con respeto, esperanza y lucha. Martín Vallejos Riquelme, el niño de 9 años que enfrentó un neuroblastoma de alto riesgo, falleció tras meses de batalla contra una de las enfermedades más agresivas que afectan a la infancia.
La historia de Martín no comenzó con su muerte, sino con una de las imágenes más poderosas de los últimos años: su madre, Ailén Riquelme, echándose una mochila al hombro y saliendo a pie desde Valdivia, decidida a caminar más de 800 kilómetros hasta Santiago, con una sola meta: salvar a su hijo.

Una lucha que comenzó años antes
Martín fue diagnosticado con neuroblastoma a los cuatro años. Tras una primera etapa de tratamiento, la enfermedad dio una tregua. Pero en enero de 2025, la realidad volvió con fuerza: el cáncer regresó, esta vez de manera más agresiva.
La única alternativa médica era un tratamiento de inmunoterapia de alta complejidad, disponible únicamente en Barcelona, España, con un costo estimado de $1.200 millones de pesos chilenos, una cifra imposible para cualquier familia común.
La caminata que conmovió a un país
Fue entonces cuando su madre tomó una decisión que transformó el dolor en acción. El 7 de junio de 2024, Ailén comenzó una caminata desde el sur de Chile hasta el corazón político del país. El nombre de la campaña era directo y conmovedor:
“Unidos x Martín: Kilómetros de Amor”
No era solo una marcha. Era una cruzada humana. A ella se sumaron voluntarios, vecinos, colectivos, municipalidades, organizaciones sociales y ciudadanos anónimos que, kilómetro a kilómetro, la acompañaron con agua, comida, aplausos y esperanza.
Su padre, Miguel Vallejos, también se integró a la travesía, transformando la ruta en una imagen viva del sacrificio que miles de familias enfrentan frente a las enfermedades catastróficas en Chile.
El enemigo que avanzó más rápido
Pese a la visibilidad, a los aportes y a la solidaridad, los fondos recaudados nunca alcanzaron la cifra completa para concretar el viaje y el tratamiento. El tiempo, en el caso de Martín, no fue un aliado.
Durante los últimos días, su estado de salud se deterioró. Finalmente, el jueves 4 de diciembre, su corazón dejó de latir.
La familia confirmó la noticia a través de redes sociales con un mensaje que estremeció a miles:
“Con profundo dolor anunciamos la partida de nuestro pequeño Martín. Dios le llamó a descansar en sus brazos. Te amamos siempre, pochi de amor”.

Qué es el neuroblastoma
El neuroblastoma es un tipo de cáncer que se origina en células nerviosas inmaduras, generalmente en las glándulas suprarrenales, y afecta principalmente a niños menores de cinco años. En muchos casos, cuando se detecta, la enfermedad ya se ha diseminado a otras zonas del cuerpo.
Su tratamiento en Chile es limitado para los casos más complejos, lo que obliga a muchas familias a buscar alternativas en el extranjero.
El último adiós
El velorio de Martín se realizó en la Iglesia Evangélica Pentecostal de Chorombo Alto, en la comuna de María Pinto.
Sus funerales se realizaron este sábado 6 de diciembre al mediodía en el Parque Las Flores de Melipilla, tras un servicio religioso.
No hubo multitudes televisivas, pero sí un país completo en silencio.
Más que una historia triste
La muerte de Martín no solo deja una pérdida familiar irreparable. Reactiva un debate profundo:
¿Debe una madre caminar cientos de kilómetros para que su hijo tenga derecho a vivir?
¿Debe la salud depender de campañas solidarias?
Martín no llegó a Barcelona. Pero llegó mucho más lejos: llegó al corazón de Chile.







