En el estudio de Vilas Radio, donde la señal sube como una marea que no pide permiso, llegaron con carpetas bajo el brazo y un temple cargado de dos años de frustraciones. Alberto Ceballos, Juan Garcés y Miguel Pinto cruzaron la puerta como quien entra a dejar constancia histórica: lo que se vive dentro del Servicio Local de Educación Pública de Iquique (SLEP) —aseguran— «ya no puede seguir escondido bajo la alfombra del cuarto piso”, la oficina donde, según relatan, “nadie entra, nadie sale, nadie responde”.
Lo que siguió fue una entrevista bomba, cargada de denuncias, nombres propios, miedo, acusaciones de maltrato, desvinculaciones que califican de “represalias” y un diagnóstico lapidario:“El sistema no funcionó. El cambio no sirvió”.
“HOY HAY MIEDO. HAY TEMOR REAL A DENUNCIAR”: LA FRASE QUE MARCÓ LA CONVERSACIÓN
Alberto Ceballos, presidente de la Asociación de Funcionarios del SLEP Iquique, tomó el micrófono sin vacilar:
“Las no renovaciones de contrata están golpeando muy fuerte. Hoy son cuatro funcionarios, de distintas áreas, que están fuera sin explicación objetiva.”
Ceballos denuncia que las desvinculaciones se concentran especialmente en la Subdirección de Apoyo Técnico-Pedagógico, donde —afirman— se está dejando ir a profesionales evaluados en lista 1, con buen desempeño y encuestas de satisfacción interna sobre el 66%.
Pero el conflicto no termina ahí: funcionarios que denunciaron maltrato laboral —por Ley Karin— habrían sido desvinculados posteriormente.
Juan Garcés, dirigente de los docentes del SLEP, lo dijo sin rodeos:
“Lo que uno ve es represalia. Los que denunciaron aparecen después fuera del servicio. ¿Cómo se explica eso?”
Las denuncias apuntan directamente a una jefatura en particular dentro de la Subdirección de Educación, acusada por funcionarios de:
- maltrato psicológico,
- denigración,
- humillaciones,
- trato despectivo hacia trabajadores traspasados desde la ex-CORMUDECI,
- liderazgo catalogado como “no apto” por una intervención de la Mutual de Seguridad.
EL NOMBRE QUE TODOS REPITEN: PAOLA PALAVECINO
El caso más emblemático es el de Paola Palavecino, profesional que —según el gremio— ha sido evaluada con desempeño destacado, reconocida por sus pares y responsables de un liderazgo técnico que, en palabras del gremio, “ha ordenado y profesionalizado el acompañamiento escolar”.
Aun así, Palavecino no será renovada, sin argumentos técnicos claros, según los trabajadores.
Ceballos lo explicó así:
“Pedimos razones objetivas. No hay. El director ejecutivo solo se ampara en que ‘la ley le permite no renovar’. Eso no basta.”
Aquí entra la ANEF, representada por Miguel Pinto, quien recordó una norma clave:
“La circular de Hacienda es clara: si desvinculas, debes fundarlo. No puedes sacar a alguien porque sí. Debe haber informe, argumentación y causalidad.”
EL “CUARTO PISO”: UN BÚNKER INACCESIBLE
La conversación tomó un tono casi surrealista cuando se habló de la relación con la Subdirección de Educación:
“En dos años, la subdirectora de Educación no nos ha recibido ni una vez. Ninguna. Es imposible entrar. Es un búnker.”
La comparación no fue solo retórica: “Ustedes están igual que la prensa: tampoco los reciben”, remató uno de los entrevistados.
DESDE LA DIPRES, EL RECORTE DE PLANTAS Y EL FANTASMA DE MÁS DESVINCULACIONES
A la tensión interna se suma un golpe estructural: El ajuste presupuestario nacional recortó horas de docentes para 2025.
Miguel Pinto advirtió:
“El SLEP deberá reducir más de 5.000 horas. Eso afectará a profesores en los 42 establecimientos del servicio.”
Y advirtió lo que viene:
- Más desvinculaciones.
- Directores que actuarán de manera autónoma, incluso contra las orientaciones del director ejecutivo.
- Un clima interno insostenible.
“LA REFORMA NO SIRVIÓ”: EL RECONOCIMIENTO MÁS DURO
Llegó entonces el testimonio que heló el ambiente:
“Hay que decirlo: el cambio no sirvió. El sistema se deterioró. Hoy la ley 21.040 se está intentando corregir porque quedó llena de vacíos.”
Los funcionarios mencionaron cifras recientes: Los resultados del SIMCE bajo el SLEP no superan los que tenía la CORMUDECI. En algunos casos, son peores.
“No era tan mala la CORMUDECI como la pintaron. Y el SLEP no ha hecho lo que prometió”.
UN SISTEMA QUE NADIE PUEDE EXPLICAR DEL TODO
La crítica más brutal fue estructural:
- Directores autónomos, pero sin claridad de rol.
- Funcionarios que no pueden denunciar por temor.
- Asociaciones que no son atendidas.
- Profesionales destacados que salen sin explicaciones.
- Una dirección ejecutiva que “escucha, pero no soluciona”.
- Un clima laboral que califican de “tóxico”.
“¿Qué hacemos entonces?”
Ceballos lo resumió en una frase digna de portada:
“Los funcionarios que ejecutan la política pública somos nosotros, pero nadie está cuidando a quienes sostienen el sistema.”
Y Miguel Pinto cerró con lo esencial:
“Sin respeto a los trabajadores, no hay educación pública posible.”
EL SLEP IQUIQUE ENTRA A SU MOMENTO MÁS CRÍTICO
Lo que se dijo en Vilas Radio no es menor.
No son rumores, no son trascendidos:
son dirigentes, funcionarios y representantes gremiales dando nombres, hechos y fechas.
La crisis en el SLEP Iquique —coinciden— no es solo administrativa: es estructural, humana, financiera y ética.
Y mientras los micrófonos se apagaban, quedó flotando la pregunta que nadie se atreve a responder:
¿Quién cuida a los que cuidan la educación?
