
Las Cuevas de Anzota, uno de los espacios patrimoniales más emblemáticos de Arica y parte esencial del legado de la cultura Chinchorro, continúan cerradas de manera indefinida debido a los riesgos estructurales que afectan al acantilado y a la infraestructura del paseo.
El sitio, cuya historia supera los 7 mil años, fue habilitado como paseo turístico en 2016, pero ha sufrido constantes daños por marejadas, sismos y desprendimientos de rocas. Desde 2022 se han registrado numerosas alertas, superando las 50 advertencias en 2023, lo que provocó su cierre total. Aunque se iniciaron obras de conservación en 2023, no lograron asegurar condiciones mínimas de seguridad para permitir la reapertura.
A noviembre de 2025, la situación sigue sin avances concretos: no existe un proyecto activo, ni estudios geológicos actualizados, ni una fecha estimada para que el público vuelva a acceder al recorrido costero.
En este contexto, el diputado Vlado Mirosevic cuestionó de forma directa la falta de gestión y voluntad municipal durante una intervención en la Comisión de Zonas Extremas de la Cámara. El parlamentario pidió oficiar a la Municipalidad de Arica para obtener información clara sobre el estado actual de Anzota y los pasos para su reapertura.
“Ya ha pasado mucho tiempo con las cuevas de Anzota cerradas. Es necesario conocer en qué situación se encuentran y cómo va el proceso de reapertura de uno de los principales atractivos turísticos de la ciudad”, expresó.
Mirosevic insistió en que el municipio y la Corporación Costa Chinchorro deben trabajar activamente con organismos técnicos como Sernageomin, con el fin de desarrollar un proyecto serio de mitigación y seguridad.
“No veo una verdadera voluntad del municipio para que esta situación cambie. Hoy existe una obligación de cierre por razones de seguridad, pero no hay un proyecto en marcha ni un estudio que determine el nivel de riesgo”, sostuvo.
“No podemos seguir privando a Arica de un lugar que nos llena de orgullo solo por desidia. El turismo es clave y las Cuevas de Anzota deberían ser prioridad”, agregó.
Mientras tanto, la comunidad ariqueña y el sector turístico continúan a la espera de una solución definitiva que permita recuperar este punto clave del patrimonio natural y cultural de la región.







