
El Consejo Nacional de Televisión rechazó difundir la campaña “Una Ley en Nombre de Todas”, destinada a informar sobre la Ley Integral contra la Violencia hacia las Mujeres, argumentando restricciones por periodo electoral. La decisión —tomada sin alcanzar el quórum de siete votos— generó molestia en La Moneda, que acusa criterios formales y no de contenido. El Gobierno insiste en que el spot no contiene mensajes electorales, y que su suspensión sienta un precedente inédito justo en la antesala del 25 de noviembre, fecha clave en la lucha contra la violencia de género.
La tarde del 18 de noviembre se cerró con un portazo que retumbó en La Moneda. No fue una disputa parlamentaria, ni una crisis de gabinete, ni un quiebre interno. Fue —aparentemente— algo menor: un spot de 30 segundos. Pero ese video, bautizado por el Ministerio de la Mujer como “Una Ley en Nombre de Todas”, terminó convertido en el nuevo epicentro de una tormenta política que nadie esperaba a solo días del 25 de noviembre, Día Internacional por la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.
El Consejo Nacional de Televisión (CNTV) rechazó autorizar su emisión en canales abiertos durante seis días —desde el jueves 20 al martes 25 de noviembre—. Y esa negativa, tomada en la sala 10 de un organismo que suele moverse bajo el radar, desató una molestia “de proporciones” en Palacio.
Aquí no se trata solo de un spot; se trata del mensaje que no podrá ver el país, de las heridas que quiso tocar el Gobierno y de las interpretaciones cruzadas que encendieron una fractura política en pleno periodo electoral.
Un video para un país herido… que no verá la luz
La campaña no buscaba promocionar un programa ni un gobierno: quería explicar la Ley Integral contra la Violencia hacia las Mujeres, promulgada en junio del año pasado. Una norma amplia, moderna y dolorosamente necesaria, que por primera vez en Chile reconoce tipos de violencia que van más allá del golpe visible: violencia ginecoobstétrica, económica, simbólica, digital, sexual y psicológica.
El spot —según sus guionistas— pretendía mostrar vidas reales, gestos cotidianos, situaciones que las mujeres viven en silencio. Y, sobre todo, explicar que la ley contempla apoyo jurídico gratuito, acompañamiento psicológico especializado y un sistema de gestión de casos para evitar la revictimización.
Pero el CNTV no vio eso.
Vio otra cosa: riesgo político.
La votación que incendió al Gobierno
El 10 de noviembre, en una sesión que parecía rutinaria, se sometió la campaña a votación.
Se necesitaban siete votos.
No los hubo.
Votaron en contra:
- Gastón Gómez (vicepresidente)
- María de los Ángeles Covarrubias
- Carolina Dell’Oro
- Bernardita del Solar
- Andrés Egaña
Votaron a favor:
- Mauricio Muñoz (presidente)
- Beatrice Ávalos
- Daniela Catrileo
- Adriana Muñoz
- Francisco Cruz
La correlación quedó marcada a fuego: conservadores y derecha, por un lado; progresistas y centroizquierda, por el otro.
Los consejeros que rechazaron argumentaron estrictamente dos cosas:
- Era un periodo electoral, por lo que debía evitarse cualquier mensaje institucional en pantalla.
- El contenido, dijeron, podía generar “confusión”.
Nada se dijo sobre el fondo de la ley. Nadie cuestionó el combate a la violencia. El problema era el momento.
Para el Ejecutivo, ese razonamiento sonó a excusa.
La respuesta furiosa de La Moneda: “vergonzoso”, “inexplicable”, “precedente peligroso”
Apenas la noticia llegó al Segundo Piso, comenzaron los llamados.
La ministra Camila Vallejo envió un “téngase presente” exigiendo reconsideración.
La ministra Antonia Orellana se pronunció en X con un mensaje tajante:
“Es primera vez desde que hay registro que se niega esta campaña. Al parecer hay consejeros que consideran que hablar de violencia de género en elecciones tiene color político.”
Vallejo, en su vocería del lunes, fue más lejos:
“Es lamentable y vergonzoso. Esta campaña no tiene nada, absolutamente nada, de electoral.”
Desde el Gobierno aseguran que el spot no muestra autoridades, no menciona elecciones, no incluye símbolos partidarios, no sugiere tendencias, y no utiliza colores ni narrativas asociadas al oficialismo.
“Lo mismo que aprobaban todos los años”, repiten en La Moneda.
Pero esta vez, no.
Esta vez el CNTV dijo que no.
Y ese “no”, para el Gobierno, abrió un flanco imposible de ignorar: ¿desde cuándo hablar de violencia contra las mujeres es considerado un mensaje políticamente riesgoso?
La ley que intentaron explicar y el silencio que quedó
La Ley Integral —la misma que el spot buscaba difundir— creó herramientas históricas:
- expediente único para seguimiento de casos;
- alertas tempranas de riesgo;
- atención priorizada;
- protección de datos;
- coordinación entre instituciones;
- y más presupuesto para prevención y respuesta.
Nada de eso podrá verse en TV abierta durante la semana clave en que el país reflexiona sobre la violencia de género.
Ese vacío, dicen en el Ministerio de la Mujer, “no es solo técnico: es simbólico”.
Elecciones, silencios y la pregunta incómoda que cruza todos los pasillos
Chile entra en segunda vuelta presidencial.
Los ánimos están crispados.
Las instituciones funcionan con lupa.
Y cualquier pieza comunicacional pasa por filtros que antes no existían.
La polémica deja al descubierto un dilema brutal:
¿Se puede callar una campaña contra la violencia hacia las mujeres para evitar riesgos electorales?
¿O ese silencio es, en sí mismo, una forma de violencia institucional?
En La Moneda lo tienen claro: no es una derrota comunicacional, es un precedente.
Uno peligroso.
Porque si la violencia de género —un problema transversal, estructural y letal— puede considerarse “confuso” en un periodo electoral, ¿qué queda para las políticas públicas que sí generan polémica?
Y ahora, qué
La Segegob apeló formalmente.
El CNTV debe revisar el caso.
El reloj corre.
El spot sigue guardado.
Listo.
Encendido.
Esperando.
Por ahora, la campaña que nació para hablar en nombre de todas las mujeres, permanece en silencio.
Un silencio que, para muchas, es más elocuente que cualquier video.







