En un patrullaje nocturno en la Ruta 11-CH, Carabineros frustró la salida del país de dos Mazda Demio robados horas antes. Los autores abandonaron los autos y escaparon, pero los vehículos fueron asegurados y entregados a sus dueños, uno de los cuales ni siquiera sabía que había sido víctima del delito.
En el silencio filoso de la madrugada, cuando la neblina baja desde los cerros y se mezcla con el aire seco del altiplano, la Ruta 11-CH volvió a ser escenario de una historia que parece repetirse, pero que nunca pierde su impacto. Dos vehículos avanzaban sin prisa aparente, con las luces apenas cortando la oscuridad, rumbo a un punto donde Chile termina y lo desconocido comienza. Nada delataba que ambos autos habían sido robados hacía solo horas… salvo el instinto policial que vigila la frontera incluso cuando la ciudad duerme.
El patrullaje que no estaba “por casualidad”
A esa hora en que los relojes parecen moverse más lento, la Sección de Investigación Policial (SIP) de la Cuarta Comisaría Chacalluta realizaba patrullajes preventivos. No había denuncias aún. No había víctimas clamando por ayuda. Solo una sospecha, un movimiento extraño, dos sombras sobre ruedas que avanzaban demasiado confiadas hacia la línea que separa Chile de su salida natural al norte.
Los policías encendieron el foco de observación. Y lo que parecía solo un tránsito nocturno se convirtió en segundos en un ilícito a plena luz de la luna.
La huida: dos autos abandonados en una quebrada
Cuando los conductores notaron a Carabineros detrás de ellos, no hubo negociación ni diálogo posible. Detuvieron abruptamente los vehículos, abrieron las puertas y corrieron sin mirar atrás. Se lanzaron hacia una quebrada cercana, tragados por la noche y por el silencio. Nada quedó de ellos salvo el eco de la fuga y el rastro de un delito recién cometido.
Los autos —dos Mazda Demio— quedaron ahí, testigos mudos de una operación frustrada. Uno tenía encargo por robo hacía apenas unas horas: había sido arrebatado desde la población Chinchorro en un movimiento rápido y limpio. El otro, con claras señales de fuerza en sus cerraduras, ni siquiera había sido reportado: su dueño seguía durmiendo, ignorante de que su vehículo ya intentaba cruzar la frontera.
Robos que no alcanzaron a ser noticias… porque fueron detenidos a tiempo
Carabineros confirmó que ambos móviles estaban siendo dirigidos fuera del territorio nacional. Una práctica cada vez más común en bandas dedicadas al robo express de vehículos para exportación clandestina: autos pequeños, maniobrables, fáciles de revender en el extranjero.
Esta vez, la maniobra quedó truncada gracias al patrullaje nocturno.
De vuelta a casa: autos recuperados en tiempo récord
Mientras las primeras luces del amanecer comenzaban a pintar el horizonte, los dos vehículos ya estaban en poder de Carabineros. Se verificaron sus identificaciones, se documentaron los daños y se notificó a los propietarios.
El primer dueño llegó indignado pero aliviado: llevaba apenas horas sin su auto.
El segundo llegó confundido: no sabía que se lo habían robado.
Ambos recibieron sus automóviles de regreso antes de que la mañana terminara. Una rareza en tiempos donde los autos desaparecen y nunca vuelven.
Una madrugada más en la frontera… o el recordatorio de que la vigilancia sigue despierta
La Ruta 11-CH, testigo de historias de contrabando, tráfico y escapes fallidos, sumó un capítulo más a su bitácora. Esta vez, con un resultado que pocas veces se consigue: recuperación total, fuga frustrada y una señal clara de que, incluso en la oscuridad más profunda, alguien está mirando.
