Carabineros desplegó un operativo masivo en todas las comunas de Tarapacá, deteniendo a 54 personas por delitos flagrantes, incautando más de 30 kilos de hojas de coca y recuperando tres vehículos robados, en un fin de semana marcado por más de mil controles preventivos.
Por momentos, Tarapacá se sintió como una región que no dormía. Mientras las luces de los cerros todavía parpadeaban y el calor del desierto seguía pegado a las calles incluso de madrugada, los radiopatrullas de Carabineros avanzaban sin pausa, entrando y saliendo de pasajes, rutas costeras y fronteras invisibles. No era un fin de semana cualquiera: era uno que dejó un balance duro, inquietante y, al mismo tiempo, revelador de un territorio que se enfrenta diariamente al delito.
Según el informe entregado por Carabineros de la Zona Tarapacá, 54 personas fueron detenidas en flagrancia, sorprendidas justo en el minuto en que cometían delitos que van desde violencia intrafamiliar hasta conducción en estado de ebriedad. Algunos cayeron por portar órdenes de detención vigentes; otros, por contrabando; varios más, por agresiones que terminaron en denuncias y procedimientos policiales en plena madrugada.
Un mapa delictual que se movía a cada hora
La lista de ilícitos parece el registro de un fin de semana agitado: agresiones dentro de hogares donde las discusiones subieron demasiado de tono, automovilistas que apostaron su suerte al alcohol, contrabandistas que intentaron pasar desapercibidos entre las sombras de la noche. Ninguno lo logró.
En medio de estos operativos, Carabineros encontró algo que llamó de inmediato la atención: más de 30 kilos de hojas de coca, empaquetados y listos para seguir un destino que no alcanzaron a completar. A eso se sumó la incautación de un arma blanca, cajetillas de cigarrillos de contrabando y un vehículo relacionado con actividades ilícitas.
Casi mil controles: el fin de semana de las fiscalizaciones
Los números hablan por sí solos. Durante las jornadas de patrullaje, Carabineros realizó 1.077 controles preventivos, tanto a personas como a vehículos. Controles rápidos, algunos casi rutinarios, otros desencadenando procedimientos que terminaron en detenciones y decomisos. En paralelo, se cursaron 74 infracciones al tránsito, muchas de ellas asociadas a imprudencias que podrían haber terminado en tragedia.
Los equipos policiales se movieron de norte a sur, desde Iquique hasta los puntos más aislados de la región, aplicando la estrategia que más resultado les ha dado: fiscalización focalizada, presencia sostenida y respuesta inmediata ante cualquier irregularidad.
Tres vehículos robados que volvieron a sus dueños
Sin embargo, no todo el fin de semana fue detener, incautar y cursar multas. Hubo también cierres positivos: tres vehículos que figuraban encargados por robo fueron recuperados gracias a los patrullajes de la madrugada y entregados directamente a sus propietarios. Una pequeña victoria en una región donde el robo de automóviles suele convertirse en un dolor de cabeza permanente.
Un cierre con la sensación de que aún falta mucho por patrullar
El balance de Carabineros deja claro que la región vivió un fin de semana movido, tenso y con un nivel de actividad policial que pocas veces se ve en cifras tan altas. Los resultados muestran un trabajo intenso y, a la vez, la magnitud del desafío: delitos que no dan tregua y una labor preventiva que tiene que multiplicarse para alcanzar cada rincón de Tarapacá.
Porque si algo quedó claro es que, incluso cuando el desierto parece quieto, la seguridad nunca se detiene. Y Carabineros tampoco.
