
Con su publicación en el Diario Oficial, entró oficialmente en vigencia la nueva Ley de Cabotaje Marítimo, una reforma estructural que cambiará la forma en que se mueve la carga dentro del país. La normativa, aprobada con una amplia mayoría transversal en el Congreso tras 13 años de tramitación, introduce una apertura regulada del mercado y habilita la participación de naves extranjeras en el transporte de carga entre puertos chilenos bajo condiciones específicas.
La medida apunta a aumentar la competencia, reducir costos y modernizar la logística nacional, con estimaciones que proyectan una caída de tarifas entre un 20% y un 39%, lo que implicaría un ahorro país cercano a USD 267 millones anuales.
Entre los cambios centrales destaca la llamada “ruta de salida”, que permitirá a buques extranjeros que descargan mercancía en Chile transportar carga nacional hacia otros destinos dentro del país antes de abandonar aguas chilenas. Junto con ello, la ley facilita el movimiento de contenedores vacíos, agiliza trámites administrativos y habilita la participación de naves foráneas en casos de emergencias portuarias o cierres temporales por clima o huelgas.
El Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones (MTT), junto al Ministerio de Economía, lideró la modernización del marco legal, que además incorpora criterios de seguridad y soberanía elaborados con apoyo del Ministerio de Defensa y una evaluación favorable de la Armada. La normativa mantiene resguardos para la industria nacional, como la obligación de que las naves extranjeras contraten tripulación completamente chilena.
La reforma también se proyecta como un motor de sostenibilidad. Al incentivar el cabotaje, se espera que una parte importante de la carga —especialmente en el norte del país, donde se proyecta el traslado marítimo de más de 700 mil toneladas— migre desde el transporte terrestre hacia el marítimo, disminuyendo la congestión vial y generando una reducción estimada de más de 64 mil toneladas de CO₂ al año, dado que la navegación emite un 70% menos que el transporte por camión.
Los beneficios alcanzarán tanto a grandes compañías —como ENAP y Codelco, que podrán acceder a tarifas más competitivas— como a pequeñas y medianas empresas, que verán fortalecida su capacidad de negociación gracias a una mayor oferta de servicios logísticos. Para los consumidores, la baja en los costos de transporte podría traducirse en un impacto positivo en los precios finales de diversos productos.
El nuevo marco legal también abre espacio para la innovación en logística inteligente, automatización portuaria y trazabilidad digital, ofreciendo oportunidades para startups y emprendedores tecnológicos que operan en soluciones de transporte y cadena de suministro.
Con esta modernización, Chile renueva el sistema de cabotaje por primera vez en más de una década y se alinea con estándares internacionales, avanzando hacia un transporte marítimo más competitivo, eficiente y sostenible.







