
Primera sesión macrozonal del Comité de Coordinación Nacional de Fronteras marca el inicio de una ofensiva estatal en materia de infraestructura, seguridad y gestión migratoria.
En el extremo norte del país, donde el desierto se funde con la línea fronteriza y el tránsito humano no se detiene, el Gobierno dio el pasado jueves una potente señal política: desde Arica se puso en marcha la primera sesión macrozonal del Comité de Coordinación Nacional de Fronteras, instancia que busca redibujar la manera en que Chile administra, protege y moderniza sus límites internacionales.
La reunión, realizada en dependencias de la Delegación Presidencial Regional de Arica y Parinacota, fue encabezada por el delegado presidencial subrogante, Nicolás González, junto al jefe de la Unidad de Pasos Fronterizos, Eduardo Núñez, quienes convocaron a autoridades regionales, jefaturas de servicios contralores y equipos técnicos especializados. La meta: alinear estrategias y definir prioridades en seguridad, infraestructura, migración y cooperación internacional.
“Estamos fortaleciendo una mirada territorial y coordinada del Estado. Cada paso fronterizo del norte tiene desafíos distintos, y la gestión debe adaptarse a esa realidad”, señaló González durante la apertura del encuentro, enfatizando que la articulación entre ministerios y gobiernos regionales será “clave para avanzar en eficiencia y control”.
Modernización y control: los ejes del nuevo plan
Entre los temas expuestos destacó el avance de la segunda etapa del Proyecto Área de Transporte de Carga, iniciativa que busca mejorar los flujos logísticos y descongestionar las rutas de acceso internacional. A ello se sumó la presentación de la nueva unidad policial de Carabineros, que operará específicamente en zonas limítrofes como parte del plan de fortalecimiento de la seguridad fronteriza.
Estas medidas se enmarcan en una estrategia nacional liderada por el Ministerio del Interior, encabezado por Álvaro Elizalde, y que contempla dos niveles de trabajo:
- Uno central y ministerial, donde se coordinarán las decisiones políticas y los lineamientos estratégicos.
- Y otro macrozonal, donde los equipos logísticos y técnicos abordarán en terreno las brechas detectadas y pondrán en marcha soluciones concretas.

El norte como laboratorio de política pública
La elección de Arica como punto de partida no fue casual. En un contexto de presión migratoria, tráfico ilícito y complejidad territorial, el extremo norte de Chile se ha convertido en una zona donde se mide la capacidad del Estado para actuar de manera preventiva, coordinada y humanitaria a la vez.
El nuevo comité pretende convertirse en un espacio de acción interinstitucional permanente, donde converjan las miradas de Defensa, Interior, Relaciones Exteriores y Obras Públicas, junto con las policías, servicios de aduana, agricultura y migraciones.
“Chile no puede tener fronteras olvidadas. Deben ser zonas de desarrollo, no solo de vigilancia”, afirmó uno de los asistentes a la sesión, destacando el carácter “operativo y descentralizado” de esta nueva etapa gubernamental.
Un informe con destino a La Moneda
Como resultado de este proceso, el Comité de Coordinación Nacional de Fronteras elaborará un informe final con diagnósticos, propuestas y medidas de implementación, el cual será entregado al Presidente Gabriel Boric en marzo de 2026.
El documento recogerá las conclusiones de todas las macrozonas del país —norte, centro y sur— y delineará el mapa estratégico para una gestión fronteriza moderna, tecnológica y con enfoque territorial.
Con esta primera sesión en Arica, el Gobierno da el puntapié inicial a una hoja de ruta que busca no solo controlar mejor los límites del país, sino también redefinir el concepto de frontera como espacio de desarrollo, cooperación y seguridad compartida.







