
El auge de medicamentos para la obesidad dispara la preocupación sanitaria. SERNAC e ISP revelan diferencias millonarias en precios, publicidad ilegal y el peligro creciente de productos falsificados que se venden sin control.
En los estantes luminosos de las farmacias y en los rincones oscuros de las redes sociales, la promesa de bajar de peso rápido se ha convertido en el nuevo espejismo del bienestar. Pastillas milagrosas, inyecciones que prometen “derretir la grasa” y cápsulas importadas sin registro sanitario se ofrecen a diario a miles de chilenos desesperados por alcanzar el cuerpo ideal, pero detrás del brillo publicitario, hay un riesgo que puede costar la salud, e incluso la vida.
Así lo advierte el Servicio Nacional del Consumidor (SERNAC), que junto al Instituto de Salud Pública (ISP), acaba de publicar el “Reporte de mercado de medicamentos para bajar de peso”, un documento que desnuda las sombras de una industria que mueve millones y que se expande con la misma rapidez con la que circulan sus productos en redes sociales.
El peso de la urgencia: entre la esperanza y el peligro
El informe surge en medio de una tendencia global donde la obesidad y el sobrepeso se han transformado en una de las mayores amenazas para la salud pública. Sin embargo, lo que preocupa no es solo el exceso de kilos, sino la desesperación por eliminarlos a cualquier costo.
“Estamos viendo una avalancha de publicidad engañosa, venta de productos falsificados y ofrecimientos de recetas médicas exprés a través de internet. Todo eso pone en riesgo la salud de los consumidores”, advierte el SERNAC.
Según el estudio, los medicamentos con fentermina u orlistat son los más baratos, con precios entre $9.000 y $36.000. Pero el lujo de “bajar de peso rápido” puede llegar a costar caro: los tratamientos con semaglutida, liraglutida o duraglutida alcanzan cifras que van desde los $83.000 hasta los $313.000, dependiendo de la dosis y el formato.
Una diferencia de precios que, según el organismo, puede superar el 40% entre una farmacia y otra.
Publicidad prohibida y recetas “express”: los nuevos riesgos digitales
El SERNAC detectó publicidad ilegal de medicamentos en redes sociales y plataformas digitales, donde supuestos “especialistas” ofrecen tratamientos milagrosos, envían recetas médicas falsas e incluso prometen entregas a domicilio sin consulta previa.
La institución advirtió que estos canales informales constituyen un delito sanitario, pues los medicamentos para bajar de peso solo pueden venderse en farmacias autorizadas y bajo prescripción médica.
El problema no es menor.
En 2019, el ISP ya había identificado la venta de productos falsificados como Sentis y Elvenir a través de internet. Hoy, el panorama se repite con más fuerza. En 2024, el Servicio Nacional de Aduanas registró un alza considerable en las incautaciones de medicamentos con fentermina, reflejo de una demanda que explotó tras la pandemia y que sigue en aumento.
Fármacos bajo lupa: entre la ciencia y la automedicación
Los medicamentos más utilizados en Chile para el control del peso tienen efectos reales, pero también riesgos considerables si no se usan correctamente.
El orlistat, por ejemplo, bloquea la absorción de grasa, pero puede causar trastornos gastrointestinales severos.
La fentermina, un supresor del apetito, puede generar dependencia y problemas cardiovasculares.
Y las nuevas inyecciones basadas en semaglutida o liraglutida, aclamadas por influencers y clínicas privadas, pueden provocar náuseas, hipoglucemia y alteraciones pancreáticas si se utilizan sin control.
El ISP recuerda que solo los medicamentos con registro sanitario vigente garantizan la dosis y composición adecuadas. “Cuando un producto se compra en redes sociales o fuera del circuito autorizado, no hay certeza de lo que realmente contiene”, subrayan desde el organismo.
Reclamos, engaños y desinformación
A nivel de consumo, el SERNAC informó que los reclamos más frecuentes están relacionados con cobros indebidos, quiebres de stock y diferencias de precios entre ventas online y presenciales.
Pero lo más preocupante es que muchas personas desconocen los riesgos de automedicarse y tienden a confiar más en la “opinión popular” o en “testimonios de internet” que en la orientación médica.
Por eso, el llamado del Servicio es claro: ningún medicamento para bajar de peso debe adquirirse sin receta médica y seguimiento profesional.
Cada organismo reacciona distinto, y lo que en redes sociales se vende como una “solución instantánea” puede terminar en una complicación irreversible.
Un llamado urgente a la conciencia
El SERNAC y el ISP reiteran que solo las farmacias autorizadas pueden vender este tipo de productos y que adquirirlos en el comercio informal constituye un delito y un riesgo sanitario grave.
Además, el Servicio recordó que los consumidores pueden presentar reclamos en su sitio web en caso de detectar publicidad engañosa, cobros indebidos o irregularidades en la venta.
La invitación, dicen, es a volver al criterio, a la información y al autocuidado.
Porque detrás de cada cápsula o inyección que promete un cuerpo ideal, puede esconderse una trampa silenciosa que ponga en jaque la salud.
Y porque bajar de peso nunca debería costar la vida.







