
El fiscal regional de Antofagasta, Juan Castro Bekios, lanzó una dura advertencia sobre el avance del crimen organizado en el norte del país, señalando que las condiciones actuales podrían transformar los campamentos locales en zonas similares a las favelas de Río de Janeiro, dominadas por redes criminales.
Durante un seminario sobre narcotráfico marítimo, transmitido por YouTube, Castro advirtió que la falta de intervención estatal y la expansión de organizaciones delictivas en Antofagasta y Calama representan un riesgo creciente. “Si no tomamos medidas ahora, podríamos terminar con algo parecido a lo que ocurre en Río de Janeiro”, sostuvo el fiscal.
El comentario aludió al reciente operativo en Brasil, donde más de 2.500 agentes ingresaron a dos favelas controladas por el Comando Vermelho, enfrentándose a grupos armados que respondieron con ataques coordinados y drones cargados con explosivos. El resultado: 121 personas muertas, entre ellas cuatro policías.
El fiscal recordó que informes recientes de la Fiscalía Nacional ya habían identificado vínculos entre bandas chilenas y facciones criminales brasileñas, como el Comando Vermelho y el Primer Comando da Capital (PCC), a través de intermediarios bolivianos involucrados en el tráfico de cocaína desde Bolivia y Paraguay hacia Chile.
Castro destacó además que Antofagasta reúne condiciones propicias para el asentamiento de estas redes, citando factores geográficos, migratorios y económicos. “Nuestra cordillera de la costa facilita la instalación de campamentos irregulares en zonas altas y de difícil acceso; además, tenemos una fuerte migración irregular, una frontera extensa con Bolivia y una conectividad internacional que favorece el movimiento de personas y mercancías”, explicó.
El fiscal señaló que muchos campamentos se encuentran bajo control de grupos delictivos que ejercen violencia y extorsión sobre los vecinos. Como ejemplo, mencionó el campamento Génesis II, que ha sido intervenido tres veces desde 2018, cada vez ocupado por nuevas bandas tras los operativos policiales.
“Erradicar una organización no resuelve el problema si el Estado no llena el vacío que deja”, advirtió Castro, agregando que la región cuenta con infraestructura crítica —puertos, aeropuertos y un alto flujo de dinero— que la convierte en un polo atractivo para las mafias internacionales.
La preocupación del fiscal se suma al debate nacional sobre la expansión del crimen organizado y la necesidad de reforzar la presencia institucional en zonas vulnerables, donde la ausencia del Estado abre espacio a estructuras paralelas de poder, como ocurre en las favelas brasileñas dominadas por el PCC y el Comando Vermelho.







