
Con el océano como su horizonte eterno, las caletas del norte grande se preparan para una revolución silenciosa: siete nuevas medidas impulsadas por la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (Subpesca) transformarán la actividad artesanal en todo Chile, beneficiando a más de 22 mil pescadores y casi 6.700 embarcaciones, con énfasis en las flotas de Arica y Tarapacá. Se busca diversificar, fortalecer y humanizar la pesca, permitiendo que las familias del borde costero vivan con mayor estabilidad económica y menos dependencia de un solo recurso.
ARICA Y TARAPACÁ: DONDE EL CAMBIO COMIENZA
En las costas de Arica, Iquique y Pisagua, los pescadores artesanales preparan motores, anzuelos y esperanzas. El norte grande, históricamente castigado por la escasez de recursos y la competencia desigual con la pesca industrial, será uno de los epicentros del nuevo plan nacional impulsado por la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (Subpesca).
Entre las principales transformaciones, destaca la habilitación de la sardina española como recurso operativo en la zona norte, lo que permitirá a las embarcaciones registradas para anchoveta o jurel desembarcar legalmente este recurso, que hasta ahora era considerado “fauna acompañante” y no podía ser comercializado. En la práctica, esto significa más ingresos, menos desperdicio y un respiro económico para casi 700 pescadores de Arica y Tarapacá.
“Es una reparación histórica para las caletas del norte”, señaló el subsecretario de Pesca, Julio Salas, quien precisó que estas medidas beneficiarán a más del 80% de las embarcaciones artesanales activas del país.
UN GIRO HISTÓRICO PARA EL MUNDO ARTESANAL
El impulso surge tras la entrada en vigor de la Ley de Fraccionamiento Pesquero, publicada el 25 de junio de este año, que redefinió la distribución de cuotas de captura entre el sector industrial y el artesanal. Por primera vez en décadas, el mar se inclina hacia los pequeños: se reducen las cuotas industriales y aumentan las artesanales, con un traspaso económico estimado en $150 mil millones anuales.
Gracias a este nuevo marco, Subpesca podrá implementar siete medidas concretas que, según el subsecretario Salas, “marcan el inicio de una pesca más justa, sostenible y con rostro humano”.
El biministro de Economía y Energía, Álvaro García, añadió que “esta nueva etapa representa un avance decisivo para el desarrollo nacional, potenciando un sector clave y generando un impacto directo en miles de familias de pescadores a lo largo de Chile”.
LAS 7 MEDIDAS QUE CAMBIARÁN LA PESCA ARTESANAL
- Jurel para consumo humano:
Chile, líder mundial en esta especie, permitirá ahora que embarcaciones menores o iguales a 12 metros puedan capturar jurel con técnicas artesanales (línea de mano, enmalle o espinel). Esto fortalecerá la flota de consumo humano directo, beneficiando a 5.708 embarcaciones y cerca de 20 mil pescadores. - Más pesca artesanal de jibia:
Se autorizará la captura con potera —sin cerco ni arrastre— a embarcaciones menores a 12 metros. Con esto, 4.229 embarcaciones y casi 17 mil pescadores podrán participar de una actividad más limpia y sustentable. - Diversificación productiva territorial:
Permitirá crear flotas “multiespecie” que pesquen según la disponibilidad local: sierra, bonito, reineta, caballa y cojinova, entre otros. Con ello, se evita depender de un solo recurso y se impulsa la estabilidad anual del ingreso. Serán beneficiadas 6.594 embarcaciones y más de 22 mil pescadores y pescadoras. - Merluza de cola en el sur austral:
Las embarcaciones dedicadas a la merluza del sur podrán incorporar también la merluza de cola, aprovechando la coincidencia natural de ambas especies. Esto favorecerá a 1.047 embarcaciones y más de 4 mil pescadores del sur austral. - Sardina española para la zona norte:
Desde Arica y Parinacota hasta Coquimbo, las embarcaciones con inscripción en jurel o anchoveta podrán incluir este recurso, fortaleciendo especialmente al norte grande. Serán 98 embarcaciones y 686 pescadores los primeros beneficiados. - Crustáceos para la pesca de pequeña escala:
Se habilitarán nuevas faenas con trampa para langostinos, jaibas y camarones entre Atacama y Biobío, abriendo una alternativa productiva para 662 embarcaciones y 1.986 pescadores. - Sardina y anchoveta para carnada:
Una fracción de la cuota nacional se destinará exclusivamente a embarcaciones menores de 9 metros, que producen carnada artesanal. Esto favorecerá a caletas pequeñas entre Valparaíso y Los Lagos.
UN MAR MÁS JUSTO Y CON ROSTRO HUMANO
Con estas acciones, Subpesca busca reducir la brecha histórica entre la gran industria y la pesca artesanal, fortaleciendo las economías locales, garantizando el consumo humano directo y revalorizando la cultura marítima.
“Estamos ante la habilitación más importante desde 2011”, enfatizó Salas, aludiendo a la creación de la nómina nacional de pesquerías. “No solo abrimos el mar, sino también nuevas posibilidades de vida digna para miles de familias que dependen de él”.
Desde las caletas nortinas hasta los fiordos australes, la marea de cambio ya comenzó a levantarse. Y es en el extremo norte, en Arica y Tarapacá, donde los primeros motores encenderán el rumbo hacia una pesca artesanal más libre, diversa y justa.







