
En el día de la solemnidad de todos los santos, este sábado 1 de noviembre, la Diócesis de Iquique celebró la eucaristía en el Cementerio Nº3 de la ciudad de Iquique, ceremonia que fue presidida por el obispo Isauro Covili Linfati y concelebrada por el hermano Julio Campos.
Es así como los fieles que llegaron hasta el camposanto se congregaron en torno al altar, mientras el cementerio vivía una intensa jornada de fervor popular, con cientos de personas visitando, limpiando y adornando las tumbas de sus seres queridos con ofrendas y flores.
En ese sentido, monseñor Isauro Covili, obispo de la Diócesis de Iquique, en su homilía recordó el sentido profundo de la festividad, destacando el rol de la comunidad celestial: “Los que necesitamos de ellos [los santos] somos nosotros, para que sostengan nuestro caminar, nuestra esperanza y fidelidad al Evangelio”.
El pastor diocesano enfatizó que la santidad es una vocación de fe para todos y que no debe ser vista como algo inalcanzable. “A veces pensamos que la santidad es algo excepcional, pero no es solo para algunos: es propia del pueblo de Dios. El más bello estatuto que tenemos es ser hijos de Dios”.
Finalmente, el obispo Covili instó a los fieles a tomar las Bienaventuranzas como guía de vida, invitando a la santidad desde la acción diaria. El llamado fue a vivir el Evangelio, asegurando que: “Para ser santos no hay que hacer grandes cosas, sino vivir el Evangelio, tener a Jesús en el centro.”
La celebración culminó en un ambiente de recogimiento y esperanza, en medio del fervor popular que caracteriza esta significativa jornada de fe en Iquique.







