
El general Iturriaga encendió la alarma en el Congreso y destapó una crisis que golpea el corazón de la Defensa Nacional. Con un déficit que supera los $40 mil millones, suspensión de pagos, recortes de personal y despliegues militares sin financiamiento, el Ejército reconoció que no tiene dinero para cerrar el 2025. La Armada, en tanto, admitió operar con un “presupuesto de supervivencia”. La tensión con Hacienda y Defensa escaló en una sesión donde se expuso, sin secretos, que las FF.AA. están en su punto más crítico en décadas.
Una revelación que estremeció al Congreso
En sesión transmitida por el Senado, el comandante en jefe del Ejército, Javier Iturriaga, no se guardó nada. Frente a la Segunda Subcomisión Mixta de Presupuestos, advirtió que la institución “no está en condiciones de terminar el año”. Su voz sonó firme, pero el diagnóstico fue brutal: el Ejército está en números rojos.
El forado financiero, explicó, tiene tres causas:
- Una rebaja presupuestaria aprobada por el Congreso que restó más de $16 mil millones.
- Un aumento de asignaciones a conscriptos que nunca fue respaldado por fondos nuevos.
- Tareas extraordinarias, como los despliegues en las macrozonas norte y sur, donde las tropas operan en medio de crisis migratoria y conflicto territorial, sin presupuesto suficiente.
“Presentamos un déficit fundamentalmente en remuneraciones y en los recursos extras derivados de las macrozonas. Indudablemente, no estamos en condiciones de cerrar el año”, dijo Iturriaga, dejando helados a senadores y diputados.
El Ejército, entre deudas y medidas de emergencia
El comandante detalló que solo en remuneraciones el déficit llega a $19 mil millones, mientras que los gastos por las macrozonas acumulan otros $14 mil millones y medio. A eso se suman $5 mil millones adicionales por pagos pendientes a personal y conscriptos.
Para sobrevivir, el Ejército ha debido aplicar duras medidas de contención:
- Suspensión de la reinstrucción de la reserva.
- Postergación de gratificaciones a especialistas.
- Congelamiento de nuevas contrataciones.
- Cancelación de gratificaciones de campaña en ejercicios y despliegues activos.
“Seguramente por eso ha habido ruido”, reconoció Iturriaga, “pero no teníamos alternativa”.
El escenario, reconoció el propio comandante, pone en riesgo el cumplimiento de misiones clave, entre ellas el resguardo de elecciones nacionales, que requiere cerca de $2.700 millones por proceso y cuyos fondos aún no llegan.
La Armada también se hunde en la crisis
No fue el único testimonio inquietante. El almirante Fernando Cabrera, comandante en jefe de la Armada, habló sin rodeos: “Hace seis años que trabajamos con un presupuesto de continuidad; el mínimo para seguir flotando”.
La Marina evitó despidos, pero a un costo alto: redujo mantenimiento, fiscalización y operaciones, sacrificando capacidad operativa. Cabrera reconoció que “la Marina está funcionando al límite” y que no existen recursos proyectados para renovar tecnología o embarcaciones estratégicas.
“Cada vez que evitamos despedir gente, reducimos nuestra tarea. Eso tiene un precio”, subrayó.
Defensa busca apagar el incendio
La ministra de Defensa, Adriana Delpiano, intentó bajar el tono de la emergencia. Aseguró que existe un acuerdo con Hacienda para restituir los fondos adeudados y que el Presupuesto 2026 garantizará el funcionamiento de las tres ramas. “Hay compromisos con la Dipres para reponer los recursos durante 2025. Los decretos ya se están tramitando”, afirmó.
Sin embargo, dentro del Ejército la preocupación persiste: los dineros aún no llegan, y los despliegues en frontera y en la zona sur siguen sin financiamiento directo.
Oposición en pie de guerra: “El Gobierno exige más, pero entrega menos”
Las declaraciones de los altos mandos encendieron la furia opositora.
“El Gobierno no puede seguir usando a las Fuerzas Armadas como parche de emergencia mientras les recorta el presupuesto. Pretender que custodien la frontera con menos recursos es una irresponsabilidad”, lanzó el senador Javier Macaya (UDI), presidente de la Comisión de Defensa.
El diputado Luis Sánchez (Republicano) fue aún más directo:
“El Presidente no puede ir al norte a hablar de seguridad y no poner la plata donde están sus palabras. El Ejército nos dijo que su déficit supera los $40 mil millones, y la Armada que opera en mínimos. Eso no es compromiso con la defensa, es abandono”.
Una crisis que deja a la Defensa Nacional bajo presión
La tormenta financiera de las Fuerzas Armadas deja al descubierto años de recortes acumulados, misiones no financiadas y promesas incumplidas. Mientras los jefes militares advierten que no hay fondos para terminar el año, el Gobierno insiste en que todo está bajo control.
Pero en los cuarteles, la realidad es otra: operaciones suspendidas, personal sin gratificación, tropas agotadas y una sensación de abandono.
El país que exige más presencia militar en sus fronteras hoy enfrenta una pregunta inquietante:
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