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HUELLAS DE DESTRUCCIÓN EN EL PASADO: GEOGLIFOS DEL CERRO ISLA SUFREN DAÑOS GRAVES

Denuncia arqueológica alerta sobre la vulneración de un patrimonio milenario en Tarapacá; expertos advierten que los daños afectan la memoria histórica y el potencial turístico de la región.

El corazón milenario del norte de Chile fue violentado. Los geoglifos del Cerro Isla, ubicados entre Alto Hospicio y Pozo Almonte, fueron dañados por la imprudencia de un vehículo que dejó profundas huellas sobre estas manifestaciones culturales de entre los años 800 y 1400 AP., poniendo en riesgo un patrimonio invaluable que conectaba antiguamente el altiplano con la costa.

El arqueólogo José Alflorino Torres, quien encabezó la denuncia ante el Consejo de Monumentos Nacionales, describe con gravedad la escena: “Los motivos que encontramos aquí no son simples dibujos; son la huella de nuestras sociedades andinas, su cosmovisión, su economía y su relación con el territorio. Lo que se ha hecho es un daño irreparable al patrimonio cultural y turístico de Tarapacá”, afirmó.

Los geoglifos del Cerro Isla destacan por sus antropomorfos y rombos escalonados, similares a los célebres del Cerro Lluta y del Cerro Aura, que formaban parte de rutas comerciales ancestrales. Torres subraya que estos espacios eran utilizados como pascanas, esenciales para el tránsito de caravanas desde la pampa hacia el litoral, y que hoy representan un testimonio vivo de nuestra historia milenaria.

El arqueólogo explicó que los daños, además de afectar la integridad arqueológica, ponen en riesgo la proyección turística de la región: “Las penas no son proporcionales al daño causado, pero la denuncia es vital. Perder estos espacios significaría quitarle a Tarapacá una carta de presentación cultural de alto valor”.

Geoglifo Cerro Isla.

Según los antecedentes, los responsables habrían ingresado al área tras forzar los cercos instalados en 1982, durante un plan de restauración de geoglifos a nivel regional. La señalética también fue vulnerada, evidencia de una acción deliberada que pone en cuestión la seguridad y el control sobre los espacios patrimoniales.

Los antecedentes recopilados por la PDI y los registros arqueológicos históricos refuerzan la gravedad del hecho. Los geoglifos fueron documentados por Lautaro Núñez en la década de 1960, y posteriormente estudiados en los 90 por los arqueólogos Luis Briones y Juan Chacama, quienes destacaron la importancia de estos sitios dentro de la red de arte rupestre que une la pampa con el litoral.

En paralelo, Torres denunció la contradicción regional: mientras se trabaja en la candidatura de Cerros Pintados como Patrimonio de la Humanidad ante la UNESCO, se permite que otros sitios sufran daños. “Es una llamada de atención para todos: las autoridades y la ciudadanía debemos proteger nuestros patrimonios, no podemos normalizar este tipo de agresiones”, afirmó.

Finalmente, el arqueólogo hizo un llamado a la responsabilidad ciudadana: “No basta con leyes o cercos. Debemos educar y sensibilizar a la población sobre el valor de estos sitios. Solo formando una nueva generación consciente podremos salvaguardar nuestro legado cultural y turístico”.

El reciente hallazgo de huellas de vehículos en los geoglifos del Cerro Isla evidencia la fragilidad del patrimonio cultural del norte de Chile. La conservación de este legado histórico depende no solo de las autoridades, sino de un compromiso activo de toda la sociedad, para que prácticas imprudentes no borren del mapa milenios de historia andina.

Belén Pavez G., Periodista y Locutora. Licenciada en Comunicación Social. Productora general y Directora de prensa en Vilas Radio. Música y Cat lover.

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