
Cuatro hombres creyeron haber ejecutado el golpe perfecto: irrumpieron en una distribuidora de pollos y carnes en el sector El Boro de Alto Hospicio y cargaron, sin prisa aparente, dos vehículos con un botín insólito y pesado: cuatro toneladas de carne, avaluadas en más de 20 millones de pesos.
Pero la huida duró poco. Lo que parecía un atraco millonario terminó en un operativo policial que combinó la alerta ciudadana, cámaras municipales y un seguimiento que recordó escenas de persecución urbana. Hoy, los responsables enfrentan prisión preventiva mientras se investiga su historial delictual.
El atraco bajo cero
Era la noche del domingo 28 de septiembre cuando los imputados —identificados como M.I.Z.P., Y.F.D.R., J.C.O.C., todos chilenos, y R.J.G.O., de nacionalidad peruana— forzaron los accesos de la distribuidora. Una vez dentro, abrieron la cámara frigorífica y comenzaron a sacar los productos: cortes de carne y pollos que, por su volumen, exigieron logística y coordinación.
En apenas minutos, el botín de cuatro toneladas quedó distribuido en dos vehículos listos para escapar bajo la oscuridad de la ciudad.
El ojo ciudadano y la tecnología municipal
Lo que los ladrones no calcularon fue el factor sorpresa de un testigo. La llamada oportuna encendió las alarmas, y desde la central de monitoreo de Alto Hospicio, operadores de las cámaras municipales siguieron la ruta de los automóviles sospechosos que zigzagueaban por distintas calles de la comuna.
Las coordenadas llegaron de inmediato a Carabineros de la Tercera Comisaría. Los uniformados desplegaron un cerco que los llevó hasta un domicilio donde, entre apuros y desorden, los imputados intentaban reorganizar la carga de carne.
El operativo terminó con persecución incluida: los sujetos intentaron huir, pero fueron reducidos tras un seguimiento controlado que permitió incautar la totalidad del botín y otros elementos tecnológicos que ahora se investigan en relación a posibles robos anteriores.
La decisión judicial
En la audiencia de formalización, la Fiscalía de Alto Hospicio no dudó en solicitar la medida más gravosa: prisión preventiva. El argumento fue claro: todos los imputados mantenían antecedentes por delitos previos.
El tribunal coincidió y dictaminó que los cuatro hombres permanecerán privados de libertad durante los 60 días que dure la investigación.
Un golpe frustrado
Lo que comenzó como un robo millonario terminó en una captura rápida, en la que la colaboración ciudadana, la tecnología y la acción policial fueron determinantes. Ahora, mientras la carne incautada vuelve al circuito legal, los imputados enfrentan un futuro mucho menos frío: la cárcel.