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BACHELET EN LA ONU: EL DILEMA QUE DIVIDE A KAST, KAISER Y MATTHEI

En los pasillos de la política chilena, la eventual postulación de Michelle Bachelet a la Secretaría General de Naciones Unidas cayó como una piedra en el zapato. No solo porque se trata de la expresidenta más influyente en el extranjero, sino porque su nombre cruza de manera inevitable el tablero presidencial en Chile.

El dilema es evidente: si Gabriel Boric decide respaldarla antes de dejar La Moneda, el próximo gobierno —sea de derecha o de centro— deberá cargar con la decisión de defender o desmarcarse de la candidatura de la socialista más conocida del planeta.

Kaiser: orgullo a medias

El primero en reaccionar fue el diputado Johannes Kaiser, presidenciable del Partido Nacional Libertario, quien terminó dejando más preguntas que respuestas. “Sería un orgullo para Chile tener una mujer en ese cargo”, reconoció. Pero inmediatamente apretó el freno: “Su administración fue mala y su gestión en derechos humanos, pésima”. Con un pie en la diplomacia y otro en la crítica, resumió su posición en una fórmula esquiva: “no me opondré, pero no la voy a respaldar”.

Kast: el silencio como estrategia

Más cauto fue el abanderado republicano José Antonio Kast, quien prefirió refugiarse en la ambigüedad. “La expresidenta está en todo su derecho de postular. Dejemos que las cosas ocurran y después nos pronunciamos”, dijo, evitando cualquier frase que pudiera convertirse en titular de campaña. Su silencio, sin embargo, habla por sí solo: Bachelet sigue siendo un fantasma incómodo para la derecha.

Matthei: la agenda doméstica primero

En la otra vereda de la oposición, Evelyn Matthei, candidata de Chile Vamos, Demócratas y Amarillos, optó por desviar la discusión hacia lo que considera “los verdaderos problemas del país”. Con tono pragmático, sostuvo que los chilenos están “hasta la coronilla” de la delincuencia, la falta de empleo y la carestía de la vida. “Lo de la ONU es un tema lejano, hoy las prioridades son otras”, dijo, marcando distancia del debate global.

El tablero de Boric en Nueva York

Mientras tanto, en Nueva York, Gabriel Boric participa de la Asamblea General de la ONU, escenario en el que el nombre de Bachelet circula con fuerza. La decisión, sin embargo, no es simple: levantar una candidatura presidencial al máximo organismo internacional implica que el próximo inquilino de La Moneda esté dispuesto a respaldarla. Y ahí está el nudo: todo indica que ninguno de los presidenciables opositores quiere quedar atrapado en la trampa de apoyar a una figura que critican con dureza en la política local.

Un futuro incierto

La propia Michelle Bachelet ha jugado al misterio. Consultada, solo deslizó un “quizás” sobre su eventual postulación. Detrás de esa cautela hay múltiples variables: la interna de la ONU, el cálculo político de La Moneda y, sobre todo, el respaldo del próximo gobierno chileno. Sin esa garantía, cualquier intento quedaría reducido a un gesto simbólico.

Una paradoja política

El escenario instala una paradoja curiosa. Sus críticos más férreos, como Kast y Kaiser, la responsabilizan de la crisis migratoria, de problemas en salud y de la debilidad en seguridad pública. Pero si Boric decide empujar su nombre en la ONU, serán ellos —o Evelyn Matthei— quienes hereden la tarea de representar a Chile en esa eventual candidatura.

Así, la política chilena se encuentra ante un dilema que mezcla orgullo nacional con cálculo electoral: ¿apoyar a Bachelet en el mayor escenario internacional o mantener la línea dura de oposición interna?

La respuesta aún no llega, pero el reloj en Naciones Unidas ya empezó a correr.

Belén Pavez

Belén Pavez G., Periodista y Locutora. Licenciada en Comunicación Social. Productora general y Directora de prensa en Vilas Radio. Música y Cat lover.

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