
Un 16,9% de la población tarapaqueña vive en “pobreza severa”, la cifra más alta del país. El nuevo indicador —propuesto por la Comisión Asesora Presidencial para la medición de la pobreza— visibiliza una realidad hasta ahora invisibilizada por las estadísticas oficiales: hogares que no solo carecen de ingresos suficientes, sino que además enfrentan múltiples privaciones en educación, salud, vivienda y empleo.
La región de Tarapacá, habitualmente asociada al dinamismo de la minería y al comercio internacional, aparece hoy en los registros oficiales como el territorio con mayor índice de pobreza severa en Chile. Así lo reveló la Comisión Asesora Presidencial para la Medición de la Pobreza, instancia de expertos convocada para actualizar y perfeccionar los mecanismos con que el Estado mide el bienestar social de la población.
De acuerdo con su propuesta, un 16,9% de los habitantes de Tarapacá vive en condiciones de pobreza severa, casi el doble del promedio nacional (10,6%) y muy por encima de regiones como Magallanes, donde este indicador alcanza solo el 3,3%.
La Araucanía (13,8%) aparece como la segunda más afectada, confirmando la persistencia de brechas estructurales entre distintos territorios del país.
Un nuevo concepto para medir la desigualdad
La noción de “pobreza severa” fue introducida por la Comisión como un estándar complementario a las tradicionales mediciones por ingresos y multidimensional. Según explica el informe, corresponde a hogares cuyos ingresos no alcanzan a cubrir la canasta básica de bienes y servicios, y que, al mismo tiempo, presentan carencias significativas en áreas esenciales como vivienda, salud, educación y acceso al trabajo formal.
El coordinador del Observatorio Económico Social de la Universidad de La Frontera, Patricio Ramírez, valoró este avance, advirtiendo que permite poner en evidencia realidades invisibilizadas:
“Este indicador revela territorios profundamente rezagados, donde el Estado debe desplegar una intervención más focalizada y efectiva, dirigida a los focos más débiles de la pobreza: empleo precario, déficit habitacional y barreras de acceso a servicios básicos”, explicó.
La propuesta también busca dar cuenta de la enorme heterogeneidad entre regiones: mientras la brecha entre los ingresos y el bienestar multidimensional ya era amplia, la medición de pobreza severa muestra una diferencia de cinco veces entre la región más vulnerable (Tarapacá) y la menos afectada (Magallanes).
Tarapacá: el contraste entre bonanza y exclusión
La fotografía que entrega la Comisión genera un fuerte contraste con la imagen de prosperidad asociada a Tarapacá. La región, epicentro del comercio internacional gracias a la Zona Franca de Iquique (ZOFRI) y motor minero del norte grande, convive con bolsones de pobreza urbana, déficit habitacional histórico, empleos informales y precarios, y un acceso limitado a servicios básicos en sectores rurales y periféricos.
Expertos apuntan a que esta contradicción entre crecimiento económico y exclusión social se explica en parte por la estructura del mercado laboral regional:
- Altamente dependiente de la minería y el comercio, con fuerte temporalidad e informalidad.
- Desigualdad territorial entre la capital regional, Iquique, y comunas del interior como Huara o Colchane, donde las carencias en infraestructura, vivienda y conectividad son más graves.
- Impacto migratorio, que ha tensionado servicios básicos y aumentado la vulnerabilidad de amplios grupos poblacionales.
“Tarapacá es un caso paradigmático de cómo el dinamismo económico no se traduce automáticamente en bienestar para todos. La bonanza minera y comercial genera riqueza, pero al mismo tiempo deja grandes sectores en la exclusión”, señala un académico de la Universidad Arturo Prat consultado para este informe.
Implicancias para la política pública
La Comisión Asesora —creada por el Gobierno para repensar los estándares de medición de la pobreza— plantea que el desafío ahora es político: rediseñar la política social para focalizar recursos en territorios críticos como Tarapacá y La Araucanía.
El informe advierte que se requieren estrategias integrales que aborden simultáneamente empleo, vivienda y acceso a servicios básicos, más allá de los subsidios transitorios. “No basta con aumentar la inversión social; es necesario reorientarla hacia los factores estructurales que perpetúan la pobreza severa”, sostiene el documento.
En este sentido, el diagnóstico sobre Tarapacá es contundente: una región rica en recursos, pero empobrecida en derechos sociales básicos, donde la brecha entre las cifras macroeconómicas y la vida cotidiana de miles de familias se hace cada vez más insostenible.
Un país de contrastes
La pobreza severa deja al descubierto un Chile profundamente desigual. Mientras en el sur austral Magallanes exhibe los índices más bajos del país, el norte grande y el sur rural concentran las cifras más alarmantes.
La medición es clara: el rostro más duro de la pobreza se vive en Tarapacá, un territorio que simboliza los contrastes del modelo de desarrollo chileno.