10 DE ENERO: CONMEMORACIÓN DEL FALLECIMIENTO DE GABRIELA MISTRAL
A 65 años de la muerte de la autora de “Tala” y “Lagar”, recordamos la figura de unas de las mujeres de mayor influencia a nivel nacional y pionera de las letras latinoamericanas, elogiada por escritores de distintas épocas como Paul Valéry, Victoria Ocampo, Roberto Bolaño, y Elvira Hernández, entre otros.
De su nacimiento en abril de 1889 en una familia de bajos recursos, pasó a ser la primera escritora latinoamericana en recibir el Nobel de Literatura, en 1945. Maestra Rural, cónsul vitalicia de Chile, y poeta, Gabriela Mistral es sinónimo de grandeza, talento y superación.
Su nombre era Lucila Godoy Alcayaga, pero adoptó como suyos el del arcángel Gabriel y el apellido de su poeta favorito, el francés Frédéric Mistral.
Su poesía lírica inspirada en poderosas emociones ha hecho de su nombre un símbolo de las aspiraciones idealistas de todo el mundo latinoamericano, donde también fueron las que les hicieron ser nominada y posterior ganadora del Premio Nobel.
Aunque publicó pocos libros en vida, estos alcanzaron para consagrarla como una voz universal. En 1922, dio a conocer Desolación; en 1924, Ternura. Canciones de niños: rondas, canciones de la tierra, estaciones, religiosas, otras canciones de cuna (con su “poesía escolar” para niños que la hizo tan popular en América Latina); en 1938 y en Buenos Aires, en Sur, la editorial de su amiga Victoria Ocampo, publicó Tala (“Querida, querida Gabriela: ”)
En Chile, su colección de poemas, Lagar (1954), la última que publicó en vida, estarían presentes todas las muertes, las tristezas, las pérdidas y el sentimiento de su propio fin. Una profunda originalidad convive con la carga de tristeza y trascendencia que ya había impregnado parte de sus primeros escritos, culminando una temática presidida por la resignación cristiana y el encuentro con la naturaleza.
Póstumamente aparecieron el poemario Poema de Chile (1967), un recorrido por la geografía, la naturaleza y las gentes de su país, y la primera edición de sus Poesías Completas (1970), así como diversas antologías de sus versos y recopilaciones de sus cartas y textos: Motivos de San Francisco (1965), serie de poemas en prosa dedicados al admirado San Francisco de Asís, y Cartas de Amor de Gabriela Mistral (1978). Atenta a los problemas de su tiempo, en el género de los «Recados» (un tipo muy personal y elaborado de artículo periodístico, recogidos en Recados: contando a Chile, 1957), Mistral analizó múltiples temas, como la condición de la mujer en América Latina, la valoración del indigenismo, la educación de los pueblos americanos, la necesidad de elevar la dignidad y condición social de los niños en el continente, la religiosidad, el judaísmo y la maternidad. Sus ensayos educacionales fueron reunidos en el libro Magisterio y niño (1982).